Uno a veces se pregunta, ¿porqué tienen fama Ricardo Fort, Zulma Lobato, Jacobo Winograd?. Yo llegué a una conclusión: ellos muestran verdad. Son lo que son, y es divertido espiar sus estilos. Lo contrario de los gobernantes.
Jueves. Sin dudar que se trataría de un día distinto, me levanté lo más temprano que pude. Una vez que Vincent se fue, como siempre. La ventaja era que con su auto nuevo, él madrugaba más que antes. Se escuchaba claramente cuando lo ponía a calentar un ratito en el garaje, y dejaba el estereo prendido lo suficientemente alto como para despertarme. Yo trataba de no pensar en esa dualidad espeluznante que significaba esa semana en nuestras vidas: él saliendo de una agencia con su 0KM, mientras yo mendigaba un puesto de trabajo para poder vivir.
Con la certeza de que nos iríamos con los chicos cerca de la una del mediodía, para volver recién después de las cinco, tuve que dejar todo preparado para la vuelta. La merienda, la ropa para cambiarse, la casa ordenada, en fin, todo.
También trataba de no olvidarme de lo que me había indicado Patricio.
Casi no almorcé de los nervios, hasta que se hizo la hora y ya listos partimos.
En el camino:
FABIO
Má, vas a una fiesta?
YO
No, por?
FABIO
(Mirándome en detalle)
Estás re elegante.
DALILA
Mamá ES elegante siempre, nene.
FABIO
Siempre no. A veces…
YO
A veces qué?
FABIO
No má, te lo digo porque hoy no te pusiste zapatillas.
DALILA
Nene, no le digas eso…
YO
Hijita, no me molesta.
A mí lo que menos me interesa es la ropa.
DALILA
No? Para mí es súper importante.
YO
Y está bien.
Para vos eso es valioso, para mi, no.
FABIO
Bueno, un poco importa.
YO
Depende de para qué te vistas.
Si lo hacés por vos, sirve.
Si lo hacés por los otros, no tanto.
FABIO
A mi me gusta que me vean bien.
Eso es por mi, o por los demás?
YO
Yo creo que la cosa es así: si algo forma parte
de tus profundos deseos, es por vos.
Es ser fiel a tu naturaleza. Si es por simular, todo mal.
DALILA
A mi la ropa linda me gusta mucho.
Cuando me miro al espejo me pongo contenta.
YO
Bien, entonces es tu naturaleza
y te tiene que importar. A mi me interesa por sobre todas las
cosas estar en paz. Vivir en orden, cumplir con mis obligaciones.
FABIO
Bueno, todos tenemos que ser responsables.
YO
Más que tener que… se trata de ser….
A vos hijito, que es lo que más te importa?
FABIO
(Piensa un poco)
Y… ser el mejor, en todo.
YO
Bueno, eso está en la punta de tu flecha en la vida.
Siendo un sentimiento auténtico, eso va a
regir de alguna manera todo lo que hagas.
Y si seguís esa consigna, vas a ser feliz.
DALILA
Ahora que lo pienso, a mi lo que más me
interesa, de verdad, es que todos me quieran.
FABIO
Y yo… creo que más que ser el mejor,
me importa que mi familia esté junta…
Con los comentarios de los chicos, llegamos al colegio. Y de ahí a mi nuevo trabajo.
Tal lo convenido entré puntualmente a las 13,30. Con su sonrisa y afectos de siempre, me recibió la recepcionista. Me mostró las instalaciones del local: cocina, baños, guarda ropas, sala de firmas, en fin, todo. Luego fuimos al salón de ventas. Había cuatro escritorios, y en uno de ellos, sentado un hombre de mi edad.
RECEPCIONISTA
(Señalándome un escritorio vacío)
Vení Milena, me dijo el arquitecto que este será tu escritorio.
El de al lado es el del vendedor, el señor Jorge.
JORGE
(Extendiéndome la mano)
Bienvenida Milena.
RECEPCIONISTA
Ah, no me presenté formalmente, yo soy Blanca.
JORGE
Blanquita para los íntimos.
YO
Y los otros dos escritorios?
BLANQUITA
Están desocupados, antes había más vendedores que ahora.
Bueno, acá en tu escritorio tenés la computadora con Internet,
en el cajón te puse lapiceras y papeles.
En dos días estarán listas tus tarjetas.
Y si necesitás algo más me lo pedís.
Pensé: ya tarjetas para mí?
YO
Y el arquitecto Piña, está?
BLANQUITA
No, él salió a almorzar, vuelve en una hora.
Tal la situación, me puse a ver si encontraba dueños vende, en los clasificados viejos por Internet. Por suerte, rápidamente los ubiqué. Entonces diseñé una planilla en Excel, para poder pasar prolijitos los datos. Estaba totalmente compenetrada en eso mientras Jorge no paraba de bostezar.
JORGE
Oaaaaaa!!!! No se pasa más la tarde….
YO
Te aburrís? No tenés nada qué hacer?
JORGE
No, cuando se acerca el fin de semana es un embole.
Lo lindo son los lunes temprano, siempre algún pescado
cae de las guardias de sábado y domingo,
para reservar “Belgrano”.
YO
Qué es “Belgrano”?
JORGE
El edificio de la constructora, el que está en venta.
YO
Ah…
Seguí, dale que dale, con los dueños anotando, hasta que llegó el arquitecto. Pidió novedades en la recepción, me saludó de lejos y se fue a su oficina arriba. Entonces, le avisé a Blanquita que quería reunirme con él. Mientras tanto, seguí con mis listados. Sin darme cuenta, se hicieron las cinco menos cuarto, hora de ir a buscar a los chicos. Por las dudas, había programado para que me avise el celular. Y me preparé para irme. Al salir me acerqué a la recepción.
YO
Bueno, Blanquita, me voy.
BLANQUITA
Uhhh, el arquitecto se debe haber olvidado de la reunión.
Esperá que lo llamo.
(Toma el teléfono)
¿Arquitecto? No se si se acuerda, le dije temprano
que Milena se quería reunir con usted… Ah, bueno, ya le digo.
Milena, dice si puede ser a las seis….
YO
(Un poco contrariada)
Es que… Bueno decile que si.
Yo salgo ahora, y vuelvo en un rato.
Me fui corriendo para llegar puntual a los colegios de los chicos.
Después de hacerlo, los tres volvimos a la inmobiliaria. Y cuando bajamos del auto:
YO
Tengo que estar un ratito acá en esta inmobiliaria.
Ustedes van a entrar conmigo, y se van a quedar quietitos
hasta que yo termine de hablar con un señor, si?
FABIO
Ahora si nos vamos a mudar?
YO
No hijito….
DALILA
Vas a comprar un departamento?
Los ví realmente preocupados, entonces decidí contarles.
YO
Miren, ahora mamá trabaja acá.
DALILA
Siii? Y qué hacés?
YO
Soy productora.
FABIO
Faaaa!
YO
Fabito, ningún faaa! Soy una empleada más…
Ahora voy a reunirme con el gerente,
y ustedes me tienen que esperar.
Después nos vamos a casa.
FABIO
Uhhh má, tengo hambre.
YO
No! justo ahora! Y vos Dal?
DALILA
Si, un poco, pero me la aguanto.
YO
A ver… vamos a un kiosco y compramos algo.
Con dos chocolatadas y dos paquetes de galletitas, quedaron contentos y fuimos a la oficina. Al llegar, Blanquita los colmó de besos y atenciones. Los puse en los dos escritorios que quedaban libres a merendar. Mientras, yo seguía en mi computadora trabajando, a la espera que Piña avisara el comienzo de nuestra reunión. Pasó una hora y media más, y ni noticias. Los chicos ya estaban aburridos y se pararon al lado mío, mirando lo que hacía.
En eso, noté que Piña se acercaba a la recepción para irse. Y al ver a mis hijos:
ARQUITECTO PIÑA
Y estos chicos?
YO
Son míos ¿No nos reunimos?
ARQUITECTO PIÑA
Estoy mal de tiempo, puede ser mañana?
YO
Eh… Claro.
miércoles, 16 de diciembre de 2009
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