miércoles, 2 de diciembre de 2009

32 – ME QUIERO DIVORCIAR YA! - PENSAMIENTO NEGRO

Sabemos que esto no da para más. Aferrados a lo institucional estamos tratando de terminar ordenadamente. Vos, simulando que aquí no pasa nada y atendiendo solo tus intereses. Yo, pensando en otro candidato.


Miércoles. Odio disimular, odio mentir, pero cuando uno se está por divorciar es mejor no ser demasiado franco. Sobre todo si de la tenencia de los chicos se trata.

A estas alturas, me hubiera gustado contarle a Vincent que ya no lo quería y que solo por eso me debía una nueva vida.

Que había conocido a otro hombre y me había hecho sentir bien. Que como era casado, no iba a ser un gran amor en mi vida, pero me había despertado de la angustia que venía padeciendo. Qué él como marido ya no existía para mí, y que ni bien pudiera me iba de esa casa y le dejaba todos los bienes materiales para que se pudiera regodear muy solo con todo eso que él creía le daba poder. Pero no, no era momento de sincericidios.

Entonces me enfoqué positivamente en las dos premisas que guiarían mis días de ahora en más: 1) conseguirme un buen trabajo para independizarme, y 2) que los chicos no sufrieran.

A partir de mis visitas a las inmobiliarias me entusiasmé. Concluí que cualquiera podría hacer bien ese tipo de trabajo. Solo debería preocuparse un poco por comprender las necesidades de los clientes. Todo el tiempo planificaba estrategias para lograr que me tomaran en alguna.

Me pasé la mañana anotando direcciones de las principales y preguntas para consultarle a Patricio. Por eso lo llamé y quedamos en encontrarnos por la tarde cerca de su oficina, en un departamento que tenía en alquiler.

Al mediodía antes de comer y de llevar los chicos al cole, ví una goma pinchada de mi auto y me desesperé porque no tenía otra de repuesto. El hijo de mil de mi marido me la había sacado para nunca más volver. Entonces, pedí al auxilio y cuando solo quedaban 10 minutos para irnos, llegaron y me la repararon temporariamente con un compresor.

AUXILIERO

Mire que no le va a durar más de una hora.

Perfecto, era el tiempo que necesitaba para ir a las escuelas y después a la gomería.

Y así lo hice. Llegué justito y el gomero estaba solo atendiendo en el local. Tenía como cuatro autos delante mío. Con paciencia esperé las dos horas hasta que me atendió. Al terminar, me dijo que eran cinco pesos y me acordé que no tenía un centavo en el monedero, solo la tarjeta de crédito. Pregunté por algún cajero cerca para sacar efectivo y el gomero me indicó uno a dos cuadras. Salí caminando. Cuando lo encontré había un cartelito que decía “fuera de servicio”.

Un vecino me dijo que a tres cuadras había otro. Fui y al llegar tenía a siete personas delante. Como a la media hora logré sacar 50 pesos –solo eso porque te asesinan con los costos- y me volví corriendo a la gomería. Terminado el trámite ví que ya se estaba haciendo la hora de sacar a los chicos del colegio. Entonces llamé a Patricio.

YO

Patri, no voy a poder llegar.

PATRICIO

Ah, qué lástima. Yo, al final, vine solo para esperarte, porque

el cliente avisó que no podía. Pero no problem! Vos estás bien?

YO

Si, tuve un inconveniente de último momento y se me hizo tarde.

PATRICIO

Bueno, tranquila.

YO

Te compliqué. Me disculpás?

PATRICIO

No estoy para disculparte, estoy para quererte.

Cuando podamos nos vemos.

YO

Te adoro.

Me quedé pensando en toda la paz que me transmitía ese bombón a pesar de lo irregular de nuestra situación. Terminé contenta con mi rutina, y a pesar de los contratiempos, me sentí feliz. No paraba de pensar en el trabajo en una inmobiliaria.

Cené con los chicos y se fueron a acostar.

A eso de las 23 llegó Vincent. Yo estaba en la cocina anotando unas cosas. Él entró y se sentó al lado mío con expresión agobiada.

VINCENT

No sabés lo que me pasó!

Yo lo miré con un poco de intriga y mucha indiferencia. La verdad que NADA de lo que le pasara me podía importar demasiado. Sobre todo porque SUS cosas ya concentraban demasiado su propia atención. SUS cosas, no las mías o las de sus hijos.

VINCENT

Venía por la autopista ¿no? A 120 calculo, y de repente,

bajé en el puente para venir a casa y… me quedé sin frenos!!!!

Casi me mato!!! Creí que no la contaba!!!!

YO

Uh…

Y completé mi pensamiento interior: Uh… qué lástima, me hubieras ahorrado tantas complicaciones…..

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