domingo, 13 de diciembre de 2009

44 – ME QUIERO DIVORCIAR YA! - DOBLE FESTEJO

Males necesarios: los parientes, los políticos, los gobernantes, los sindicalistas, los abogados, los curanderos, el peaje, la guardia urbana, el celular, los impuestos. Bien imprescindible: vivir lo más lejos posible de todos ellos.


Lunes por la tarde, el cumple de Dalila. Preparé toda la comida y los adornos temprano, y después me fui a buscarla al colegio. También a Fabio. El plan era una fiestita para chicos hasta las ocho de la noche, y después la familia. Al traer a la nena, también vinieron algunos compañeritos de grado.

En nuestra familia se estila que en un día así, el teléfono solo lo atiende el homenajeado.

Serían las seis de la tarde, cuando Dalila recibió un llamado, en medio de gritos y alboroto propios de la ocasión.

DALILA

Hola….

Qué? Dale pá, ya se que sos vos…

No….. hoy la única que atiende soy yo….

Ah ja ja ja…. Ahora sos arquitecto?

Bueno… te paso con mamá….

¡Maaaaaa!… es papá…

pero me está haciendo un chiste….

(Se me acerca)

Tomá… dice que es el arquitecto Piña…

¡qué nombre más gracioso!…

Recién ahí, me acordé de Morgante Constructora Inmobiliaria, la última que me había entrevistado para trabajar. Tomé el teléfono y me alejé un poco del ruido.

YO

Hola? Si arquitecto, soy yo, Milena…

Disculpe, es el cumpleaños de mi hija….

Reunirnos mañana? Si, claro que puedo!

A las quince? Perfecto. Hasta mañana.

Me sentía feliz por lo contenta que veía a Dalila, y la noticia del arquitecto colmó mi satisfacción. Hay días en que todo sale mal. Y otros, en que los planetas se acomodan para favorecernos.

En medio del loquero del cumpleaños, llegó Vincent. Ni bien entró alzó a Dalila a upa y la llenó de besos. Después la bajó y le hizo “cosquiabrazos”, un sistema que él había inventado para hacerla reír desde muy chiquita. La nena feliz.

DALILA

Pá…. Qué gracioso estuviste por teléfono.

VINCENT

Cuándo?

DALILA

Hace un rato. Ja ja ja… Piña….

¿Te doy una? … Tomá!

En medio del griterío y las carcajadas, Vincent no entendió nada de ese comentario.

Terminado el cumpleaños infantil, los chicos se fueron yendo y llegaron los grandes.

Cabe acotar que, por más desastroso que fuera mi vínculo con Vincent, había algo bueno que manteníamos a raja tabla: en medio de un festejo de cualquier naturaleza, nos comportábamos como una pareja normal.

Cuando llegó la familia, entre los dos atendíamos a todos lo mejor que podíamos.

En un momento se me acercó mi madre.

MI MADRE

Estás bien hija?

YO

Se.

MI MADRE

Con papá nos pusimos contentos porque

Vincent contó que estaban bien.

Y ahora, los veo amorosos como siempre.

YO

Mami, no te voy a explicar justamente hoy,

pero eso que te dijo no es cierto.

Lo que ves, tampoco.

Nosotros no andamos nada bien.

Desde un costado de la mesa, mi hermana –la gorda, la soltera- escuchaba atentamente, mientras comía y comía sandwichitos de miga. Me pareció ver un dejo de alegría en su rostro al enterarse de mis malas noticias. No sería raro en ella.

MI MADRE

¿Sabés qué? Todos tenemos problemas.

Discusiones. Y a veces está bien dejar de lado el orgullo.

YO

No es orgullo, son cuestiones más complicadas.

MI MADRE

La vida es complicada.

Vos valorá que tenés un marido encantador,

que no le escapa al trabajo.

Tenés de todo, un auto, no trabajás,

estás como una reina.

Desde el costado, cara de disgusto de mi hermana.

YO

Yo te cambio todo eso por tener un hogar en paz.

Así como están las cosas, no me sirve.

Nuevamente cara satisfecha de mi hermana.

En eso, se acercó mi cuñada, la que dejó medio cerebro pegado a la placenta.

MI CUÑADA

Cómo andás “Milenín”,

cuánto hace que no hablamos….

YO

Y… ahí….

MI CUÑADA

Me dijo tu hermano que tenés problemas con Vincent.

YO

Qué fabuloso mi hermanito.

Y eso que le dije que era un secreto….

MI CUÑADA

Bueno, pero me lo dijo a mí.

¿Así que te querés divorciar?

YO

Si, lo pensé.

MI CUÑADA

Pero si tu marido es un amor.

Siempre habla maravillas de vos.

Ojalá yo tuviera algo así.

En ese momento se acercó mi hermano. Me miró con culpa, lo miré con rencor.

Se dirigió a su esposa, mi cuñada.

MI HERMANO

Ché, me das uno de jamón y queso?

MI CUÑADA

Y servítelo vos…

MI HERMANO

Vos tenés mejor vista, así no revuelvo todo.

Finalmente mi cuñada se lo alcanzó, y mi hermano hizo lo posible por engullirlo en tiempo récord.

MI CUÑADA

Milenín, ¿No te habrán ojeado la casa?

Yo me acuerdo de cuando ustedes se casaron.

Estaban tan enamorados….

Para mí que te hicieron un daño.

YO

Eso no existe. Creo.

MI CUÑADA

Si que existe! Yo voy siempre a un curandero, por las dudas.

Es caro, pero el mejor. Por quinientos pesos la visita,

me vuelvo como nueva.

En ese momento, mi hermano se atragantó. No por la comida. Si por la cifra.

MI HERMANO

Quinientos pesos?

MI CUÑADA

Si! Y es poco, papi ... Mirá lo bien que estamos….

MI HERMANO

Si, bien estamos, pero…. ¡Ché, dame otro!

MI CUÑADA

Ay, tomá, tomá, y no me interrumpas más.

Milenín, el curandero me dijo que para alejar la

mala suerte había que subir muy poco las persianas.

YO

Cómo? Y qué, vivis con todo a oscuras?

MI CUÑADA

Y si… sube un poco el gasto de luz a fin de mes,

pero lo hago por mi familia.

La última factura fue de mil quinientos pesos.

MI HERMANO

(Atragantándose)

Qué?

MI CUÑADA

Papi, eso no es nada, mirá lo bien que estamos.

Como para digerir la comida y la novedad, mi hermano se abarrotó con un vaso de gaseosa.

Tan rápido la tomó, que a los pocos instantes emitió un sonoro eructo.

MI CUÑADA

(Golpeándole la espalda)

Ay, papi, provechito, provechito!!!

YO

Qué provechito! Es un ordinario!

MI CUÑADA

Noooo… pobrecito, yo lo quiero…..

YO

Sabés qué? Yo a ustedes dos,

les regalaría un “Up Energizer”.

MI CUÑADA

El masajeador de la cintura?

YO

Si, pero para el cerebro.

MI CUÑADA

¡No me digas que hace crecer el pelo!

Por suerte, Dalila estuvo feliz y el cumple terminó en orden. Al irme a acostar, no podía parar de pensar en la entrevista con Morgante Constructora Inmobiliaria del día siguiente.

Ufff ¡qué nervios!

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