A pesar de sentir que pasé un domingo desastroso, me levanto el lunes como si nada y preparo el desayuno para Vincent y para mí en la cocina. Él se está bañando mientras. Los chicos todavía duermen, rendidos de tanto jugar ayer. A veces pienso que no todo está mal.
Tenemos una casa enorme con un fondo ídem que nuestros hijos disfrutan felices.
De pronto el calefón hace una sonora explosión. Me asusto y corto la llave de gas.
Vincent viene todavía enjabonado del baño y envuelto en un toallón.
VINCENT
¿Por qué me apagaste el agua caliente?
YO
Porque el calefón explotó.
VINCENT
(Mirando desconfiado el calefón)
¿Dónde explotó?
YO
No sé… ahí adentro. Te dije varias veces
que había que llamar un plomero.
Vincent vuelve a abrir la llave de gas e intenta prender el calefón.
YO
Pará! Vamos a volar todos!
Vincent abre la canilla de la cocina y se vuelve a generar otra explosión. Entonces lo apaga y le saca la tapa. En eso se levantan los chicos asustados por el ruido.
DALILA
Qué pasó?
VINCENT
Nada…. Ahora lo arreglo…
FABIO
El otro día explotó y salió una llamarada así de grande.
YO
Cuándo? Yo solo noté que a veces calentaba mucho.
FABIO
Fue cuándo vos te estabas bañando.
Me desespero
YO
Hoy sin falta llamo a un plomero.
VINCENT
(Mirando el calefón)
Milena, dame un cuchillo, es el diafragma.
YO
(Mientras le alcanzo el cuchillo)
Esto es peligroso llamemos a alguien que sepa.
VINCENT
(Mientras engancha el cuchillo en medio del diafragma del calefón)
Un plomero no te baja de doscientos pesos, dejá que yo me ocupo.
Abrí la canilla. Fijate si calienta.
Toco el agua y efectivamente sale calentita.
VINCENT
Listo, el cuchillo quedó colgado presionando el diafragma para que
no se apague. No toques el agua, dejá la canilla de la cocina abierta
que me voy a terminar de bañar.
FABIO
Lo arreglaste pá?
VINCENT
Seguro hijo!
Al ratito, Vincent me grita desde el baño:
VINCENT
¡Milena, cuando te diga “ahora”, le sacás el cuchillo
al diafragma y cerrás la canilla de la cocina. ……¡Ahora!
Muerta de miedo procedo con el operativo tal cual mi marido me lo indicó. Todo en orden, el calefón se apagó sin explosiones.
Terminamos el desayuno y tratando de juntar toda la paciencia que aún me queda, acompaño a Vincent hasta su auto para poder hablar a solas.
YO
Ehhh… yo sé que no estás muy de acuerdo,
pero ni bien te vayas llamo a un plomero.
Trato de decírselo bien porque no quiero discutir, solo quiero vivir tranquila.
VINCENT
(Respondiendo bien a mi tono conciliador)
No mi amor! Esta noche me ocupo yo mismo del diafragma!...
YO
Escuchame, pensá un poco… vos llegás a las 11 de la noche…
yo tengo que bañar a los chicos para que vayan al colegio al mediodía….
VINCENT
Dale preciosa… ponele el cuchillo, abrí la canilla de la cocina y listo! Es por hoy nada más, ¿si?
Me da un beso y se va lo más tranquilo.
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