sábado, 7 de noviembre de 2009

1 - ME ARRUINASTE EL DOMINGO

Uno se puede pasar años al lado de alguien que solo sabe victimizarse. Que intenta todo el tiempo explicarte que no es responsable de nada. Que te quiere cargar con todas las culpas a vos. Si, hasta que un día te das cuenta del juego y reaccionás.

Todo comenzó un domingo. Un domingo al mediodía. Yo sentada en el living de mi casa junto a mis dos hijos de 8 y 10 años. Un poco fastidiados los tres, hacemos que miramos cualquier programa de televisión.

FABIO

Má! Tengo hambre…

YO

Esperá un poquito que ya llega papá y nos vamos a comer

a un restaurante con juegos.

DALILA

¿Y mientras esperamos no podemos ir a andar en bici al fondo?

YO

No! Se van a ensuciar.

De pronto miro mi reloj: son las 14 horas. Tomo el teléfono.

YO

Restaurante? Ah, soy la señora Mendoza, mire… hice una
reservación para las 14, pero estamos retrasados ¿hasta que hora
están abiertos?.... ¿16? Si, seguro que llegamos antes, disculpe.

Pasa 1 hora más. Los chicos están aburridos, malhumorados y yo tratándo de disimular mi furia porque siempre pasa lo mismo. Fabio se me acerca entre enojado y respetuoso.

FABIO

¿Má, me puedo ir a recostar a la cama?

YO

Bueno…. Pero no te arrugues la ropa.

DALILA

Ay mamota, ¿Yo también puedo?

YO

¿De golpe tienen sueño los dos?

DALILA

Yo no, aunque sea leo una revista, estoy aburrida.

En ese momento me quedo contrariada. Es un martirio no poder planear nada con toda la familia. Desde que conozco a Vincent que tiene la manía de llegar tarde a todos lados.

Me acuerdo el día que nos casábamos y se apareció una hora después en el Registro Civil.
Si él supiera cuánto lo detesto en esos momentos…

Me asomo al cuarto de los chicos: se quedaron dormidos.
Justo a las 16 llega.

VINCENT

¿Vamos? ¿Ya están todos listos?

YO

A las 4 de la tarde?

VINCENT

Ay Milena, no empieces…sabés que los domingos abro el negocio.

YO

Que yo sepa abrís hasta las 13 ¿Y después? Tenías el celular apagado.


VINCENT

Me quedé cerrando la caja, tenía una diferencia de cien pesos.

Y cien pesos son cien pesos. Bueno ¿vamos?

YO

No, ahora es tarde. Los chicos están durmiendo.

VINCENT

Bueno…. Si sabía… Vine como a 150 por la autopista.

YO

De qué hablás? Querés que te pida disculpas?

VINCENT

No. ¿para qué? Si yo soy el boludo que trabaja de lunes a

lunes para que vos vivas bien…

Mirá, mejor que yo también me acueste….

YO

¿Esto es vivir bien para vos?

Vincent se va haciéndome un gesto como de “no vale la pena que te explique”, y yo me quedo sentada en el living juntando odio. No es la primera vez que siento que lo mataría, pero ahora me logro desdoblar y al mismo tiempo me pregunto si esto que pasó es realmente grave.

Y pienso porqué cada vez son más las cosas de mi marido que me “sacan”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario