lunes, 23 de noviembre de 2009

23 – ME QUIERO DIVORCIAR YA! - BENDITA TARJETA

Temerarias las personas que perdieron consenso y echan mano a los sobornos económicos. Presidente, gobernadores, pueblo. Marido, esposa, hijos. Consecuencias posibles: borocotazo, conflicto institucional, o guerra civil.


El lunes me levanté temprano para hablar con Vincent.

YO

Necesito que me dejes plata.

VINCENT

(Mirándome con desprecio)

No tengo. Además, ¿No era que te daba asco?

Si es así, ni te me acerques. ¿No me dijiste “básico” “mezquino”?

La verdad, no sé ni que hago viviendo todavía acá con vos.

YO

No te hagas el estúpido. Esta casa tiene que seguir funcionando.

No puede depender de tus estados de ánimo.

VINCENT

No? A ver explicame ¿cómo es? Yo soy el boludo que pone la plata,

y mientras vos me ofendés, desaparecés todo el domingo a la tarde,

me dejás a los chicos para que los cuide. ¿Qué más querés?

Yo soy un buen tipo, pero lo que vos hacés me supera.

YO

¿Qué decís? Cualquier cosa con tal de evadirte!

VINCENT

Mirá Milena, esto lo empezaste vos.

Si querés que todo vuelva a la normalidad…

Bueno, pedime disculpas, yo te perdono…

Y aquí no ha pasado nada…

YO

Disculpas por qué? Seguís sin entender nada!

VINCENT

Yo no entiendo? Estás segura?

Acto seguido, pegó un portazo y se fue. Me quedé angustiada. Como encerrada en una habitación sin oxigeno. Repasando mentalmente lo ocurrido con mis viejos y mi hermano. Sin dudas había perdido las dos posibilidades más importantes con las que contaba. Tenía una enorme preocupación por los gastos inminentes. Y también por mi futuro y el de los chicos. Encima, ví que Vincent había arrasado a la noche con toda la comida de la heladera y ya casi no quedaba nada. Revisé los libros de “Introducción a las Relaciones Públicas” y no había ni un billete. Busqué en mi monedero y solo quedaban diez pesos. Disponible en descubierto bancario: nada. El tanque de nafta estaba sediento y a eso había que agregarle las cuotas de patín.

DALILA

Má, te acordaste de lo que tenemos que pagar?

YO

(Trato de tranquilizarla)

Si, hoy mismo pagamos todo.

Realmente no sabía cómo afrontar tanta cosa pendiente, cuando de pronto escuché la voz del cartero. Me asomé y me indicó que había algo para firmar. Temblé porque podía ser una carta documento de Pepe reclamando deudas laborales de Vincent, o un aviso de corte de servicios. En fin nada bueno.

Salí y rubriqué.

El tipo se fue y me dejó un sobre bien gordito y grande. Era del banco. Me acordé del descubierto utilizado al límite y me inquieté aún más. Abrí la carta y… ¿qué era? ¡La tarjeta de crédito que había pedido hace unos días!!!

¡Gracias Dios!... Me fijé en el límite y ví ¡tres mil pesos!!!! Soy rica!!!!

Después de comer algo armado con lo poco que quedaba, llevé los chicos al colegio y llené el tanque de nafta. De ahí me fui a Jumbo y compré comida.

Ay! Qué felicidad! . Pasé por un cajero automático y saqué algo de plata, lo mínimo. Esa tarde retiré a los chicos y pagué lo de patín. Regresé a mi casa feliz.

Después que cenamos los tres, me quedé pensando como seguir para no volver a quedarme sin nada de efectivo. Y todas las ideas conducían a Vincent. Él y sus responsabilidades no cumplidas. Él y sus deseos de complicarme la vida. Él, él, él…. ¿Cómo podía ser que se moviera impunemente por la vida? ¿No era hora de que alguien le diera un escarmiento?

¡Ah… le voy a hacer una demanda!!!

La justicia seguramente debería contemplar estos casos…Si, lo mejor sería ver a algún abogado.

Con esa posibilidad logré tranquilizarme. Y justo en el momento que me iba a acostar me acordé de la comida que había comprado. No sea cosa que Vincent se volviera a comer todo. Acomodé lo que no iba en la heladera en unas cajitas y las escondí debajo de la cama. Y todo lo que necesitaba refrigeración en un recipiente de telgopor bien cerrado en el fondo. Total, hacía frío por las noches.

Ahora si, a dormir.

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