lunes, 9 de noviembre de 2009

9 – BLOG NOVELA – ¡ME QUIERO DIVORCIAR YA! - LA GALA DE DALILA

Hay hombres que se quedan en los 25. Creen que una esposa es una noviecita y que los hijos son juguetitos que sirven para adornar la casa. Que el hogar conyugal no es el marco de su familia, sino una réplica de la casa de sus padres. Un lugar de paso donde no tienen demasiadas responsabilidades.


Hoy es la Gala de Patín Artístico de Dalila, mi hijita. Anoche casi no pude dormir, ni comer.

Me pasé mucho tiempo pensando si las diferencias con mi marido se podían resolver o no.

Y peor aún, si yo tenía ganas de seguir adelante con tantos problemas.

Vincent había vuelto del negocio dos horas más tarde que de costumbre, a eso de la 1 de la madrugada y yo me hice la que estaba dormida. A la mañana lo mismo, no me levanté hasta que él se fue. Traté de disimular todo lo posible ante los chicos.

FABIO

Má, hoy vence la cuota del colegio.

DALILA

Y también tenemos que pagar inglés.

YO

Si, lo vamos a pagar…

Voy hasta la bibliotequita y miro si por algún milagro volvió la plata que Vincent arteramente se llevó. Pero no, no había nada. Entonces se me ocurre llamar al banco.

YO

Soy la señora Mendoza, me puede informar el

saldo para emitir cheques?. $ 5000 en descubierto?

Perfecto. Ahora, con respecto a la tarjeta de crédito que

me había ofrecido el mes pasado, cuánto tardan en emitirla?

Diez días? Bueno, hágalo que yo mañana voy por el banco.

Nunca había utilizado la chequera de la cuenta conjunta que tenemos con Vincent, ni tampoco me interesaba la tarjeta. Hasta hoy.

Esa tarde llevé a los chicos al colegio y después pagué las cuotas de cada uno, más la profesora de inglés. En total emití tres cheques.

Tenía todo el tiempo una tremenda angustia. Por lo que había pasado ayer y porque seguramente los 3 cheques de hoy me iban a generar más discusiones con mi marido.

A eso de las 18 ya estábamos en la Gala de Dalila. Ella preciosa y con mucho nervio atrás del escenario, y yo con Fabio y mis padres en la platea. Miré a todos lados, pero Vincent no estaba. Por más que hacía esfuerzos, no podía disimular mis preocupaciones y mi madre se dio cuenta.

MI MADRE

Milena, qué te pasa?

YO

Nada mami.

MI MADRE

Tu hija está preciosa y vos en lugar de ponerte contenta…

Decidí no explicarle nada, no era el momento ni el lugar.

Además, Fabio escuchaba atento la conversación.

YO

No te preocupes me duele un poco la cabeza, nada más.

MI MADRE

Tengo aspirina…

Y así transcurrió la Gala, perfecta por Dalila, y yo tratando de mandarme mi mejor actuación de mujer plena y satisfecha.

Me despedí de mis padres. Traté de no preocuparlos. Volví a casa, los chicos comieron y se fueron a acostar.

Cuando me quedé sola a la noche, no podía parar de pensar. Mil cosas, y todas me daban terror. Yo sola me había metido en ésta trampa al dejar mi independencia económica por los chicos. Y todavía sostengo que fue una buena decisión, pero no contaba con la avaricia de Vincent. Planeaba de qué manera podía salir de esto, cuando escucho que llega. Me puse a lavar unos platos en la cocina para estar bien de espaldas a él cuando entrara. Total, seguro que venían por delante unos cuantos días sin hablarnos. Mientras tanto, pensaba y pensaba. Tenía tanta frustración y tanto odio contenidos…. De pronto, siento que Vincent se me acerca, me abraza de atrás y pone frente a mí un pequeño ramo de flores.

YO

¿Qué hacés?

VINCENT

Perdoname. Y yo te perdono a vos.

YO

¡No ves que vos no entendés nada!

Le tiré las flores por la cabeza. Lo que hizo terminó de indignarme aún más. Yo quería que mostrara interés por la familia, por darle seguridad a los chicos y a mí. Que estuviera presente en la Gala de Dalila, en las fiestas del colegio de Fabio, cuando los llevaba al médico. Y así se lo hice saber, con furia, con gritos contenidos. Él me miró desorientado y enojado a la vez.

Y se fue.

Yo me quedé con la impresión de que seguía sin entender.

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