lunes, 16 de noviembre de 2009

16 – ME QUIERO DIVORCIAR YA! - YO SÉ QUE ES VERDAD

El lenguaje de los gestos transmite mucho más que las palabras. Las verdades se acompañan con serenidad, miradas sostenidas y frases cortas. Las mentiras se dicen con frenesí, movimientos corporales y conceptos largos altisonantes.


Martes. Desde lo que pasó el día de ayer a la tarde, sentí que lo poquito que tenía ya no existía. O mejor dicho, que hace rato no estaba. Ese mundo imperfecto en el que creía estar parada resulta que se convirtió en un mundo imposible. Un mundo envuelto en una atmósfera asfixiante de profunda desconfianza, del que sí o sí tenía que salir cuanto antes. Eso me decía la mente, pero no hubo caso, el cuerpo no respondía, no me sentía capaz de dar un solo paso adelante.

Cumplí con todas mis obligaciones en la casa como si me hubieran conectado a mi piloto automático. Fui y vine sin sentimientos, solo vestida con el traje de amargura que me proporcionó la noticia. Aunque traté de disimular con los chicos, ellos se dieron cuenta que algo malo pasaba. Ya no se reían, no hacían travesuras, hablaban poco y se veían contagiados de mi tristeza haciendo cada cosa sin la más mínima emoción.

En un destello de racionalidad decidí que lo primero sería blanquear el tema con Vincent. Entonces resolví esperarlo a la noche en la cocina hasta que llegara de trabajar. Y así lo hice.

Sentada en una silla lo ví entrar con aire indiferente. Sin saludarme cumpliendo paso a paso con el ritual de “yo no te hablo y no me importás nada”. Abrió la heladera sin mirarme y sacó algo de comida. Observé detenidamente su cuerpo tan conocido y desconocido a la vez. No pude evitar lagrimear intensamente y en silencio. Yo sabía que esto se iba a terminar, pero ¿así?

YO

Tengo que hablar con vos.

VINCENT

(Sin mirarme)

Lo lamento, hoy no.

Se hizo un silencio y él siguió calentando algo en el microondas dándome la espalda.

YO

Pepe me contó lo de Mariana.

Recién ahí se volteó y me miró. Se dió cuenta que esto era serio y no supo cómo disimular cuando nos miramos fijamente a los ojos. Fueron unos segundos con un lenguaje mudo y directo. Yo lloraba y le decía con la mirada ¿porqué hiciste eso? Y él me observaba fijo con tristeza, como con culpa, como pidiendo perdón. De pronto reaccionó de ese instante de sinceridad y dejó de mirarme. Continuó con un discurso agresivo-defensivo. El que siempre utilizó para soslayar sus errores.

VINCENT

Es mentira!

Trató de simular enojo haciéndose el nervioso-ofendido gesticulando con el cuerpo.

VINCENT

Ese tipo! Quiere arruinarme la vida!

Crápula, inservible! Mal parido!

De pronto se dio vuelta y me dijo con furia.

VINCENT

¿Y vos le creíste? ¿No te das cuenta que

lo único que quiere es hundirme?

¡Me detesta porque lo eché sin pagarle un centavo!

¡Y después de ésta, que se olvide

hasta de cobrar el último sueldo!

Me quedé mirándolo sin decir nada, escuchando atentamente cada palabra, cada frase, cada reacción.

VINCENT

¡No puede ser! Cualquier estúpido te viene con algo

y vos te lo tomás en serio! Hay que ser más viva!

Vos me tenés que defender a mi! A mí! A mí!

(Se golpeaba el pecho con insistencia)

No puede ser que llegue cansado a casa

y me tenga que encontrar con un problema!....

Estuvo un rato hablando y hablando, solo sobre lo que le pasaba a ÉL con este tema. Caminaba de un lado a otro de la cocina. Miraba para arriba, para abajo, golpeaba la mesa. El show perfecto. Yo seguía sin decirle nada, solo escuchaba. Hasta que finalmente se me acercó y miró mi cara rígida bañada en lágrimas.

VINCENT

No le creas…por favor….

YO

Se terminó…

Vincent intentó abrazar a esa estatua de mármol que era yo, pero rápidamente desistió.

VINCENT

Milena, tenemos una familia….

YO

Se terminó.

Me levanté y me fui a la cama. No sabía como era el proceso de un divorcio, ni cuánto tardaba, pero sí estaba segura de que en ese mismo instante yo acababa de confirmar mi desvinculación matrimonial.

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