sábado, 23 de enero de 2010

84 – ME QUIERO DIVORCIAR YA! – COMPROMISOS

Vivir sin compromiso es desatarse de los otros. Estar solo pendientes de los propios deseos y necesidades. Generar vínculos sin dar, ni pedir, ni exigir, ni esperar nada. Sin culpas, sin remordimientos, sin feedback. Pero también: sin abrigos, sin consuelos, sin compañías, sin protecciones, sin amparos.

Sábado. Me quedé pensando mucho en la teoría de Claudia. Y sobre todo en los resultados: ella siempre se veía contenta, nunca conflictuada, jamás preocupada. Quizás me encontraba con el ejemplo opuesto a mi. A lo mejor mi gran defecto era que a todo le daba una trascendencia suprema. Siempre mirando los detalles para que las cosas se hicieran lo mejor posible, siempre buscando alguna manera de optimizar aún más lo que ya tenía. El saldo: hijos impecables, salud insuperable, ciudadana ejemplar, empleada del mes, hogar funcionando con orden… Pero ¿Y yo? ¿Era realmente feliz así? … Quizás lo acertado hubiera sido no involucrarme tanto con todo, no estar tan pendiente de las personas que amo, confiar en que sin mi intervención obsesiva todo se solucionaría naturalmente, no intentar profundizar los vínculos, mostrarme más indiferente y hacer “la mía”… Pero… ¡momento! ¡Eso es lo que hizo Vincent toda su vida!…

Como, a veces analizar tanto confunde, decidí dejar ese tema. Mi linda casa estaba hecha un desastre, por lo tanto resolví dedicarme como nunca a asearla y acomodarla. Lo peor de todo era el jardín, plagado de malezas y pastos crecidos. El día estaba radiante y acordé con mis hijos el plan de tareas.

YO

Me ayudan con la limpieza?

FABIO

Hoy no trabajamos haciendo tasaciones?

YO

No, me tomo el día sabático, y se lo dedico a nuestra casita.

¿Qué tal si a la tarde dejamos precioso el jardín?

DALILA

Yo puedo regar?

YO

Si, pero primero cortemos bien el pasto.

Nos pusimos rápidamente de acuerdo y le dedicamos la mañana a ordenar lo de adentro. Los chicos me fueron ayudando bastante. Al mediodía almorzamos unas ricas milanesas, ensalada y flan casero. Charlamos, nos reímos y miramos televisión. Hacía tanto que no me relajaba de esa forma… Siempre corriendo para todos lados últimamente.

En eso sonó el teléfono, era Patricio. Me fui bien lejos, al fondo, para poder hablar.

YO

Hola precioso!

PATRICIO

Hola, cómo estás?

YO

Bien…Eh, qué serio… ¿Pasa algo?

PATRICIO

¿Nos podemos ver?

YO

No mi amor, hoy no puedo, estoy con los chicos.

PATRICIO

¿Y mañana?

YO

Eh… no, bueno, si es urgente,

a la hora que llega mi marido por ahí me puedo escapar…

¿pero, qué pasa?

PATRICIO

Nada, nada, después te cuento.

¿Te parece a eso de las cinco?

YO

Si, mi amor, me dejás preocupada….

PATRICIO

Mañana hablamos. Chau.

Me quedé intranquila. Él siempre estaba de buen humor, me decía cosas graciosas. Sin embargo esta vez se lo notaba tenso. Pensé en sus hijos, lo que más quería en el mundo, y lo volví a llamar.

YO

Hola… tus hijos están bien?

PATRICIO

Si.

YO

Tu familia está bien?

PATRICIO

Si. Mañana te cuento.

No me quedaba otra que esperar, pero sí que me intrigó ese cambio radical de actitud.

Cuando me disponía a preparar las cosas para arreglar el jardín, me llamaron de la oficina.

ARQUITECTO PIÑA

Hola Milena?

YO

Si, arquitecto, cómo está?

ARQUITECTO PIÑA

Bien, bien, y usted?

YO

Bien también. Acá ocupándome de la casa.

ARQUITECTO PIÑA

La llamo para pedirle un favor…

YO

Si, dígame.

ARQUITECTO PIÑA

Yo tenía pactada una tasación y se me hace

imposible cumplir, porque mi hijo está enfermo.

Podrá ir?

YO

Si, claro. Cuándo y dónde?

ARQUITECTO PIÑA

Esta tarde a las 16 en Caballito.

Es un cliente importante que necesita vender,

muy amigo del Sr. Morgante.

Ya le pregunté a Jorge y no puede.

YO

Eh… está bien, voy yo.

ARQUITECTO PIÑA

Tome los datos, por favor.

Yo ahora corto con usted y le aviso a

esta gente que la reciban.

Anoté la dirección y me comprometí a ir. Y por supuesto se frustró lo del jardín porque me restaban solo dos horas para las 16. Con los chicos, volvimos a guardar todo y nos bañamos y cambiamos para la ocasión. Salimos en el auto con el tiempo suficiente para ser muy puntuales.

Al llegar, estacioné muy cerca y bajamos los tres. Justo cuando estaba por tocar timbre:

FABIO

Mirá mamá!!!!!

YO

Qué pasa?

FABIO

Allá!!! Atrás del árbol…

¡¡¡Un gato se está comiendo un pajarito!!!!!

DALILA

Vamos!!!!

Los dos salieron corriendo. El gato se asustó y se quiso escapar con el pajarito en la boca. Yo iba detrás de ellos y solo atiné a pegarle un carterazo, con lo que logré que lo soltara.

DALILA

(Tomando el pajarito)

Pobrecito! Lo lastimó bastante…

FABIO

Vamos a una veterinaria!!!!

YO

Hijo, no puedo, me están esperando…

FABIO

Má! Se va a morir!!!!

DALILA

Dale má!!!!

YO

Ni sé dónde hay una por acá….

FABIO

Dale má ahora!!! Tiene sangre abajo del ala…..

YO

A ver… dejame pensar…..

Estábamos los tres nerviosos por lo sucedido, y corrimos hasta el auto. De allí saqué una botellita con agua mineral y la franela. Lo mojé bastante en la parte herida y después lo envolví. En ese momento me acordé del cliente. Hubiera sido demasiado hacer la tasación, no solo con mis hijos, sino también con el pajarito.

YO

Hagamos lo siguiente: ustedes quédense cuidándolo

adentro del auto hasta que yo vuelva.

No voy a tardar más de media hora. ¿Se animan?

DALILA

Y si se muere?

YO

No querida, quedate tranquila, no le va a pasar nada….

FABIO

Y si se pone peor?

YO

Mirá, yo voy a ese edificio que está en el 284 de esta calle

¿Lo ves? Subo al octavo “A”, cualquier cosa que

ocurra me tocan timbre y dejo todo ¿si?

Los chicos se calmaron un poco. El pajarito quedó en manos de Dalila todo envuelto. Parecía estar a gusto con ella. Tenía expresión calmada, por eso me fui. Antes de ir al edificio, ví un kiosco abierto enfrente y le pedí al que atendía, que me mirara a los chicos en el auto.

Después me encaminé a la tasación. Llamé y bajó a abrirme el dueño. Era un hombre de unos 40 años, cálido y muy amable. Cuando subimos al departamento, lo de siempre, lo recorrimos ambiente por ambiente y después no sentamos a charlar.

CLIENTE

Quiere tomar algo? Café? Gaseosa?

YO

No gracias.

CLIENTE

Lo esperaba a Piña, pero me dijo que tuvo

un inconveniente de último momento…

YO

Si, así es.

CLIENTE

Buen tipo Piña, lo conozco hace como diez años.

¿Qué tal es como gerente?

YO

Estupendo… Bah, al menos yo

me entiendo perfecto con él.

CLIENTE

Morgante lo aprecia mucho.

YO

Si? Me dijo el arquitecto que usted es muy amigo.

CLIENTE

De Morgante?… un tipazo.

Lo quiero como a un padre.

YO

Sobre su inmueble, es excelente.

Me indicaron en la oficina que quería venderlo…

CLIENTE

Si, cuanto antes.

Acabo de cobrar los honorarios de un juicio que

llevo desde hace años y por fin me voy a mudar a Nordelta.

YO

Estupendo lugar.

CLIENTE

Si, Morgante sabe muy bien que es mi

sueño desde hace tiempo.

Allá tengo todo lo que necesito….

YO

Claro… ¿usted es abogado?

CLIENTE

Si. Imagínese que con el estrés que junto cada día,

necesito un poco de paz al llegar a mi casa…

YO

Difícil lo suyo….

CLIENTE

Ufff… corridas todo el día….

Ir ,venir, subir, bajar escaleras de un lado a otro,

eso es mi vida.

Y en mi especialidad peor, hago “familia”.

YO

Familia? Se ocupa de divorcios y todo eso?

CLIENTE

Exactamente. Y hay cada caso…

YO

Imagino su angustia de ver a toda esa gente….

CLIENTE

No, el estrés es por estar todos los días en pleno centro…

Ir de un juzgado a otro.

Eso me desgasta. Lo demás….ya me acostumbré.

YO

Logró que no le afecte?

CLIENTE

Totalmente… Es más, cuando llego a mi casa,

me divierto con mi mujer contándole todo lo que veo….

Es para relajarme que lo hago….

YO

Entiendo…

CLIENTE

Uno tiene que saber tomar distancia de los problemas ajenos,

si no se termina confundiendo todo.

Yo trato de ponerle un límite a mi trabajo.

Estoy disponible de lunes a viernes de 12 a 18 horas.

Después de eso tengo una vida.

YO

Y si lo llaman por una urgencia?

CLIENTE

Apago el celular y listo.

Si los deja, los clientes lo terminan invadiendo.

Concluí la tasación con la exacta dimensión de lo que es no comprometerse con nadie.

De los abogados no esperamos “la” contención magistral, pero tampoco que se rían de nuestros temas privados, o que se limiten a un horario de 6 horas. ¡Con razón sus teléfonos dan siempre ocupados!.

Cuando llegué al auto, los chicos estaban más tranquilos y el pajarito se veía realmente bien.

YO

Ahora tengo tiempo.

Vamos a la veterinaria?

DALILA

Pobrecito se ve un poco mejor.

FABIO

Lo podemos llevar a casa?

YO

Por supuesto!

Si lo dejamos se lo va a comer otro gato.

Así como está no se va a poder defender.

DALILA

Ay no!!!!!

YO

Hagamos lo siguiente, igual pasamos

por una veterinaria para que lo revisen.

Fuimos a una que logré encontrar abierta el sábado. Todo bien y todo mal ahí. El médico que lo atendió nos dijo que en un día se recuperaría porque las heridas no habían sido tan profundas. Fantástico. Además, me vendió un poco de alpiste para que lo alimentáramos. Pero terminó hiriendo gravemente mi economía: cobró por todo $40. Cuarenta de los últimos $200 que me quedaban en la billetera.

Nos fuimos a casa. Los chicos le prepararon una cajita de zapatos sin la tapa, con pastito y lo pusieron adentro. A un costado le colocaron una tapita con agua y otra con alimento. Realmente al bichito se lo veía muy mejorado y con ganas de dejarse mimar.

FABIO

(Mientras lo acariciaba)

Qué suerte tuvo de encontrarnos a nosotros, no?

DALILA

Qué no!

YO

Saben? Me gustó que corrieran sin pensar a salvarlo….

FABIO

A salvarlo y a cuidarlo…

como vos hacés con nosotros….

DALILA

Má… ¿puede dormir en nuestra pieza?

YO

Claro, por si intenta volar y no puede…

DALILA

No, para que se sienta acompañado.

A mí me gustó, cuando fue la fractura del brazo, que vos y

Fabio estuvieran conmigo. Yo quiero ayudarlo,

como deben hacerlo las buenas personas.

La catequista me dijo que somos todos hermanos.

YO

Cierto…

DALILA

Y eso es lo mejor de la vida… cuando nos cuidan…

Como cuando vos nos llevás al colegio, o nos hacés la comida,

o nos atendés al enfermarnos….

Y nosotros después colaboramos en la casa,

o te preparamos un té las veces que no te sentís bien,

o te abrazamos cuando estás triste….

Me quedé pensando: esto es compromiso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario