lunes, 4 de enero de 2010

66 – ME QUIERO DIVORCIAR YA! – PASÓ LA TORMENTA

Si yo tuviera un marido = poderoso como Obama + emprendedor como Tinelli + seductor como Suar + padrazo como Arana + familiero como Echarry + tierno como Del Potro… No dudaría en reaccionar como Pampita. Solo en ese caso.

Martes. Nos levantamos muy temprano, la familia completa. Yo no había podido dormir bien, pensando en el tema de mis padres. Desayunamos todos juntos. Incluso Vincent se quedó un rato más, aprovechando a llevar adelante el rol de “hijo perfecto gran compañero de sus padres políticos”.

YO

Papi, dormiste bien anoche?

MI PADRE

Como un bebé!

FABIO

Y yo como un viejo…

YO

Por?

FABIO

(Riéndose)

El abuelo se la pasó roncando toda la noche.

MI PADRE

Yo no ronco.

DALILA

Qué no! Con Fabio nos levantamos a mirarte.

Tenías la bocaza abierta como si estuvieras en el dentista.

Y de ahí salía cada ruido! Probé de taparla con el yeso de

mi brazo y ni te diste cuenta!

VINCENT

Bueno, bueno, respeten al abuelo.

FABIO

Lo respetamos….

Al mediodía, nos fuimos como siempre. Al salir con el auto, mi padre se me acercó a la ventanilla.

MI PADRE

¿Dónde queda la inmobiliaria?

YO

En Flores, por qué?

MI PADRE

Por ahí, me doy una vuelta esta tarde…

YO

Papi, vos no pensás ir a tu trabajo?

MI PADRE

No tengo ganas todavía.

Por supuesto que no le di ninguna dirección. Quería preservarme ese lugar que por ahora era mi reducto libre de familiares e intrusos. Solo los chicos.

Con esfuerzo, logré hacer abstracción de los problemas y completé finalmente la larga lista de llamados a los clientes de la constructora. Contando los dueños y los porteros pasaban los mil.

YO

(A Jorge)

Bien! Por fin terminé de hacer los

primeros llamados. Fueron como mil.

JORGE

Cómo los primeros? Cuántos más tenés?

YO

No, no hay más, lo que pasa es que

después les hago un seguimiento.

Los llamaré dos o tres veces más.

JORGE

Vos estás más loca que mi ex.

YO

Eh… qué agresivo….

JORGE

Uh… disculpame.

YO

Así tratás a las mujeres vos?

JORGE

Bueno, no es para tanto.

Mi ex si que estaba loca. Pero de verdad.

YO

Está internada?

JORGE

No, digo loca de todos los días.

De volver loco al que tiene cerca.

YO

Por eso te divorciaste?

JORGE

Sin dudarlo. Era mi salud la que estaba en juego.

YO

Si, te entiendo. A veces es así.

JORGE

Vos sabés? Yo soy un tipo tranquilo, no te digo el mejor,

pero por ahí ando. Bueno, resulta que llegaba a la noche a casa,

me duchaba y pretendía que dejara el baño acomodado…

Después de “yugarla” todo el día.

YO

Y vos qué hacías?

JORGE

A propósito, le tiraba toda la ropa al suelo.

YO

Ah.. qué vivo….

JORGE

Si, y al final, ya ni plata le dejaba,

y a veces no iba a dormir a mi casa.

Para que aprenda.

YO

Claro… un machote como quien dice….

JORGE

A ver si me entendés, no lo hacía por mal,

lo hacía para que no me tomara el tiempo.

Ella siempre me quiso dominar.

YO

Una basura de persona ¿no?

JORGE

Y si… lamentablemente.

Y eso que estaba embarazada.

Ni con eso se volvió mejor mujer.

YO

Embarazada? Qué martirio para un “buenazo” como vos….

JORGE

Si, al final me tuve que divorciar.

YO

Claro, no aguantaste más tanto tormento…

JORGE

No, me echó de casa.

La propiedad era de ella.

Lo más raro de lo que acababa de escuchar era la tremenda falta de autocrítica. Según Jorge, él era un pobre santo acosado por las maldades de una mujer loca, constantemente. Me hacía acordar a Vincent cuando declamaba “yo soy un buen tipo”. Después de esta sátira masculina, miré mi reloj. Faltaba poco para irme a buscar a los chicos. En ese momento, llegó un hombre a la inmobiliaria.

BLANQUITA

Señor? En qué puedo ayudarlo?

HOMBRE

Soy el portero del doscientos de la calle Curapaligüe.

Vengo a buscar mi comisión.

BLANQUITA

¿Qué comisión?

HOMBRE

La que me prometieron si repartía unas cartas.

BLANQUITA

Quién le prometió eso?

En ese momento se acercó el arquitecto Piña que recién llegaba de la calle.

HOMBRE

Una señora Milena me lo prometió.

Me levanté enseguida y fui a la recepción.

YO

Le dije que la comisión sería al

venderse algún departamento

en los que había distribuído la carta.

HOMBRE

¿No era por “tirarlas” doscientos dólares?

YO

No, primero tenemos que

tomar la propiedad a la venta.

HOMBRE

(Ofuscado)

Ya me parecía tan fácil.

El hombre se fue.

YO

Arquitecto, le juro que se lo aclaré.

ARQUITECTO PIÑA

Le dije que estos eran terribles.

Como era la hora del colegio de los chicos, me fui. Menos mal que Piña me creyó.

Una vez que llegamos a mi casa, encontramos a mi papá tomando mate y mirando televisión en el living.

YO

Papi, todo bien?

MI PADRE

Si querida. Y vos?

YO

Bien, mal, bien, mal.

Los problemas vienen con intermitencias.

Y vos? Qué hiciste?

MI PADRE

Me tomé un delicioso baño de inmersión con sales…

YO

Qué sales?

MI PADRE

Unas que encontré en tu pieza.

YO

Las importadas?

MI PADRE

No sé. Un frasquito rojo

que decía “La Prarie”

Corrí al baño, y si, efectivamente eran las que yo pensaba. Y no solo eso, la bañera estaba echa un asco y los toallones mojados todos puestos así nomás. Un reto máximo para mi paciencia. Sin embargo, razoné que esto no sería por mucho tiempo, y que el originante era mi padre, no mi marido. Y hay una gran diferencia. Entonces, cansada como estaba, limpié todo sin reclamarle nada. Salvo este episodio, la tarde transcurrió tranquila y llegamos a la hora de la cena.

Serían las nueve de la noche. Estábamos comiendo los chicos, mi padre y yo, cuando escuché el auto de Vincent. Raro tan temprano. Entró y vimos que venía acompañado de mi mamá. Me quedé mirando a ver qué pasaba.

VINCENT.

Buenas noches…. Chicos, saluden a la abuela…

Los chicos se acercaron educados con un beso y se volvieron a sentar.

MI MADRE

(A mi padre)

Quiero que vuelvas a casa.

MI PADRE

Pero… ¿no me vas a volver loco?

MI MADRE

No, volvé tranquilo….

MI PADRE

Vincent te convenció?

MI MADRE

Si, me explicó que ya estamos grandes, y tiene razón.

Nosotros tenemos que dar el ejemplo.

YO

Mamá! Eso te lo dije yo!

MI PADRE

Si vos al final no fuiste….

MI MADRE

Si hijita, pero tu marido tiene una manera de hablarme…

Sobre todo de escucharme.

Cosa que vos tendrías que aprender.

VINCENT

Claro, es lo que yo digo. No es tan difícil entenderse.

Solo es cuestión de hablar.

Tranquilos y con paciencia, todo se puede lograr.

Primero está la familia.

Yo lo miraba como pensando ¿Y por casa? Y mi madre ¡Qué traicionera! Me quitó todos los méritos para dárselos a él. Y Vincent, siempre el mismo chusma. Seguro que se quedó con los codos apoyados en la mesa escuchando libidineses de mis padres.

MI MADRE

Milena, tu marido es una joyita.

No tiene precio que se haya molestado en venir a

mi casa y traerme. ¡No sabés las cosas que me dijo!

Tan claro, tan sensato…lo adoro.

YO

Te lo regalo.

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