La fórmula del marido perfecto es: 15% de seducción, 15% de alegría, 14% de pasión,10% de compañerismo, 10% de prolijidad, 10% de educación, 10% de prestigio, 10% de paternalismo, 2% de parientes, 2% de fútbol, 2% de amigotes.
Domingo. Otra vez tuvimos anoche, durante la segunda cena, un diálogo de sordos con Vincent. Él comía y comía, mientras los chicos y yo lo acompañábamos. Al tiempo que masticaba, disimuladamente, me miraba inquisidor: ¿Cómo puede ser que no estás contenta, hoy que vine temprano y traje la comida? Y yo le respondía con silencio de palabras y verborragia gestual: ¡No me avisaste, como siempre!.
En fin. Creo que, la verdad, habíamos llegado a un punto tal de desconocimiento muto que, hiciera lo que hiciera, siempre lograba molestarme. Y no era eso lo peor. Lo peor era su constante sorpresa con actitud de víctima incomprendida por las circunstancias. Las circunstancias era yo.
Todo eso que yo sentía, sería desamor o hastío?
Por la mañana se fue al negocio, tal su rutina los domingos.
El día estaba radiante. Como no haría llamados inmobiliarios, me dispuse a disfrutar de mi casita toda la jornada. Mentalmente repasé el plan: tomar sol, darme un buen baño de inmersión, mirar la tele, jugar con los chicos. En fin, todo lo que últimamente no podía gozar por falta de tiempo.
Serían las once de la mañana, cuando golearon la puerta. Era mi padre.
YO
Hola papi! Y mamá?
MI PADRE
No me hablés de tu madre!
Me pareció raro verlo tan enojado. Él siempre transcurría sus días con pocas palabras y muchas sonrisas complacientes. Con expresión de “la vida me sonríe”.
YO
Que pasó?
MI PADRE
Pasó que me harté! No la aguanto más!
YO
(Sorprendida)
Se pelearon?
MI PADRE
Definitivamente.
En ese momento se acercó el nene.
FABIO
Hola abuelo bolidi!
MI PADRE
Hola.
FABIO
(Me miró desconcertado,
al no recibir respuesta graciosa)
Qué pasa?
YO
Nada, mi amor. Dejame que tenemos que hablar.
Andá a jugar al fondo.
MI PADRE
Noooo que sepa quién es su abuela!
YO
Papi, por favor, es una criatura.
MI PADRE
Ya es grande. No podés ocultarle las cosas.
YO
Bueno, entiendo que estés nervioso,
pero no quiero que él esté en el medio de….
MI PADRE
Hacés mal, los chicos se dan cuenta de todo.
YO
Pero igual….
En ese momento llegó Dalila.
DALILA
Hola abu! ¿Venis a hacer un asado?
MI PADRE
No querida, hoy no estoy para asados…
Tengo un problema grande.
Dalila me miró sorprendida.
DALILA
Uh pobre abuelo.
MI PADRE
Pobre yo? Pobre tu abuela!
Esta no se la perdono más.
YO
Dal, Fabio, vayan al fondo.
Los chicos salieron obedeciéndome. Estaban asustados. Desde muy chiquitos el abuelo se comportó con ellos como un niño más. Era el eterno compinche de sus travesuras, el que siempre reía, el que perdonaba todo. Hasta hoy.
YO
Papi, tranquilizate y contame ¿Qué pasó?
MI PADRE
Tu madre es inaguantable. Ya no la soporto.
YO
Pero qué pasó?….
MI PADRE
¿Te acordás del amigo que tengo en la Fundación,
esa que ayuda a los adictos al juego?
YO
Si.
MI PADRE
Bueno, por una cuestión de compromiso,
les doné quinientos pesos…
YO
Y?
MI PADRE
Y tu madre se enteró y me volvió loco.
No sé, se puso celosa.
O es que a veces es tan… tan… egoísta,
que no soporta que yo sea generoso.
YO
Por eso se pelearon?
MI PADRE
Por eso!... A vos te parece?
YO
Bueno, no es algo tan grave.
Quedate a comer con nosotros y después si querés la llamo.
MI PADRE
Ni se te ocurra! Me quedo, pero no le hables.
Se va a agrandar más.
Me pareció que el motivo no ameritaba insistir y opté por dejar que se calmaran las turbulencias. Total, seguramente a la noche volvería a su casa.
Al mediodía comimos él, los chicos y yo. Había un clima raro. Dalila y Fabio lo miraban como si se tratara de un ser extraño. Ni le hacían bromas, ni jugaban con él. Se comportaban serios y respetuosos. Mi padre no ahorraba comentarios negativos hacia mi madre. Yo trataba de cambiarle de tema, por los niños, pero enseguida él volvía una y otra vez a los detalles destructivos. Los chicos escuchaban atentamente y con los ojitos bien abiertos, como si estuvieran enganchados con una película de monstruos alienígenas nunca antes vistos.
MI PADRE
Si… creeme que lo que te digo es cierto…
Quiere enloquecerme!!!...
Otra más: tengo sesenta y cuatro años y
me cela con la vecina del piso de abajo!
Dice que tendría que haberme casado con ella…
YO
Cuál? La renga?
MI PADRE
Siiii… la misma….
Mirá si a mi edad me voy a fijar en eso…
YO
No, seguro. Sos un hombre adulto ya.
Además esa señora debe tener como ochenta años…
MI PADRE
Es que… es muy sutil tu madre para basurearme,
¿no te das cuenta? es una manera de
tratarme de viejo achacado….
YO
No, no creo.
MI PADRE
Siiiii, es muy perversa….
¿Sabés las minas que me miran por la calle?
YO
Ay papáaaaaa!… están los chicos.
MI PADRE
Bueno, te quiero decir…
Vos me entendés… Si yo quisiera…
A eso de las cuatro llegó Vincent. Cuando se puso a comer en la cocina, mi padre se instaló a su lado a contarle todo de pe a pa, con lujo de detalles.
Yo me fui al fondo con mis hijos para no volver a escuchar. Dalila trajo una raqueta y le propuso al hermano jugar un rato. Aproveché para descansar en una reposera.
DALILA
(Mientras raqueteaba)
Yo cuando sea grande no me
voy a pelear con mi esposo.
YO
Por qué lo decís?
DALILA
Por el abuelo.
YO
Ah….
FABIO
Nena, todas las familias se pelean….
DALILA
Papá y mamá no.
FABIO
Ellos también.
DALILA
Antes. Ahora no.
FABIO
Antes no disimulaban, ahora si.
No sé si era más torturante escuchar el relato de mi progenitor, o esto de los chicos. No sabía qué decirles y me hice la dormida. En ese momento salieron al fondo Vincent y mi padre.
VINCENT
Qué hacés querida? Tomás sol?
YO
(Miré si me hablaba a mí.
Si, efectivamente)
Ehhh…si.
VINCENT
Voy a traer dos reposeras más,
así charlamos los tres juntos.
MI PADRE
Por mi, no se molesten.
VINCENT
Cómo que no? Te vas a quedar parado?
MI PADRE
No, preferiría hacer una siestita.
Yo pensé: Siestita? Instalación? Invasión?
VINCENT
Ah, claro. Ya te preparamos la habitación de las visitas….
MI PADRE
Me traje algo de ropa en el auto, la bajo y la acomodo.
YO
Ropa para qué?
MI PADRE
Para quedarme, yo con tu madre no vuelvo más.
Necesito un poco de paz.
Después veo dónde me puedo ir a vivir.
YO
Qué? No papi, acá no …
VINCENT
Milena, por favor. Tu padre tiene problemas.
(A mi padre)
Te quedás acá. Todo el tiempo que quieras.
Pensé: Y yo dónde me voy? Tengo muchos más conflictos que él!
sábado, 2 de enero de 2010
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