domingo, 17 de enero de 2010

78 – ME QUIERO DIVORCIAR YA! – CON…ITA

Un arrepentido es alguien que estaba de un bando y después se pasa al contrario. Y generalmente lo hace para beneficio propio. Son dignos de desconfianza: Un marido autoritario que de repente se vuelve comprensivo, o uno mujeriego que se vuelve fiel, o uno inútil que se vuelve colaborador. Alerta rojo. Lo que no es, NO puede llegar a ser.

Domingo. Ayer, al final, mi cuñada no compró nada y llenó a todos con una torta riquísima que había preparado ella misma. A partir del incidente con su hermano, el clima de la fiestita cambió. Vincent, que hasta ese momento le jugaba bromas de todo tipo, dejó de dirigirse a ella para conversar temas intrascendentes con los demás. Todos nos pusimos bastante incómodos. Creo que los chicos no lo notaron. Por lo tanto, toda esa declaración de principios que había anunciado en el auto, quedó firme en el olvido. Yo lo miraba cada tanto como increpándolo, pero él se hacía el distraído con actitud de “aquí no ha pasado nada”. Me quedaron retumbando en la mente los comentarios finales de mi cuñada: bom… bom… es una mala persona…. bom… bom… es un hijo de puta… bom… bom… es un árbol torcido que no se endereza más…..bom… bom….

Hoy, mi cada vez más seguro futuro ex marido, se levantó muy temprano para ir al negocio. Yo me desperté bastante después, porque habíamos llegado como a la una del cumpleaños.

DALILA

Má… hoy trabajamos?

YO

Si, nos vamos a las tres después de almorzar,

a ver unas propiedades.

DALILA

Y a la noche, podemos ir al cine?

YO

No, no hay tiempo. No quiero volver muy tarde.

FABIO

Y a Mc Donald´s?

YO

Ahí puede ser, si se portan bien.

Preparé tranquila la comida y después acomodé la casa. Cuando estaba en mi dormitorio observé en detalle la ropa que había planchado Vincent. No estaba nada mal. Y el muy zorrito, ahora sí que la había acomodado como corresponde. En un momento me reí fantaseando con la posibilidad de darle a planchar la ropa de toda la familia, a ver qué hacía. Pero, pronto volví a la realidad. Nunca, jamás, en los trece años que llevábamos casados se había dignado a ayudarme en algo. Visto en retrospectiva yo vendría a ser su asistente personal de vestuario. Algo así como la Elba y Elvira de Mirta Legrand. Recién ahora tomaba conciencia de que a los hombres había que educarlos. Como a los chicos. Y yo a Vincent lo había malcriado demasiado.

Después de comer con mis hijos salimos a trabajar. Lo primero era una tasación de una dueña en la calle Yerbal, en Caballito. Llegué puntualmente, estacioné el auto y bajamos. Toqué el timbre del edificio y mientras esperaba que la clienta viniera a abrirme:

YO

Fabio y Dalila: cuando estemos en el

departamento,

no quiero escuchar ningún comentario,

ni que toquen nada, ni que pregunten nada,

ni que respondan nada.

Caso contrario, no hay hamburguesas

¿Estamos?

FABIO

Si má.

YO

Dalila?

DALILA

Si yo siempre me porté bien…

Llegó la señora y subimos a su propiedad. Era un inmueble antiguo precioso, con mobiliario de estilo y dueña encantadora. Una mujer de unos 60 años, tierna y elegante.

CLIENTA

(A Fabio)

Qué lindos chicos ¿Cómo te llamás?

Fabio me miraba de reojo y no contestaba.

YO

Dale, decile tu nombre…

FABIO

Pero….

YO

Se llama Fabio.

CLIENTA

Ah… y la nena?

YO

Ella se llama Dalila.

La propietaria me mostró el inmueble. Anoté todo durante el recorrido. Y al finalizar, nos sentamos en el living.

CLIENTA

Mirá, yo hace rato que lo quiero vender,

pero parece que la plaza está complicada….

YO

Si, sin dudas.

CLIENTA

Pretendía 120.000 dólares,

pero si hay que bajarlo…

En ese momento llegó el marido desde la calle.

CLIENTA

Ah… querido, te presento a Milena de Morgante Inmobiliaria…

Milena, él es mi esposo.

Yo le estiré la mano para saludarlo, pero el tipo ni me registró.

MARIDO

No habíamos quedado que inmobiliaria no?

CLIENTA

Pero mi amor, si ya lo intentamos nosotros

y no hubo caso…

MARIDO

Hay que insistir.

CLIENTA

Mi vida, ellos tienen clientes…

MARIDO

Qué van a tener!…

(A la esposa)

Vos seguí así, que un día de estos me canso

y no me ves más el pelo…

El tipo se fue a la cocina, previo portazo notorio. La mujer se puso más incómoda que yo y trató de disimular.

CLIENTA

Él es muy bueno… lo que pasa es que tiene mal carácter…

es cardíaco, sabés?

YO

¿Quiere que dejemos todo sin efecto?

CLIENTA

No, querida.

Vos hacé tal cual lo habíamos acordado.

YO

Pero para vender hace falta la firma de él.

CLIENTA

Nooo, esto lo heredé de mi anterior marido.

Es solo mío.

YO

Ah…

CLIENTA

Me disculpás un momentito que voy a buscar agua?

YO

Si.

CLIENTA

Vos querés?

YO

No, gracias.

La clienta se fue.

FABIO

Yo sí quiero agua.

YO

No, acá no.

DALILA

Qué bruto! ¿Viste cómo la trató?

Volvió la clienta con un vaso y una cajita en las manos. Se sentó nuevamente y sacó una pastilla como para tomar con el agua. Yo la miraba atentamente.

CLIENTA

Ah… estoy agotada. Querés uno?

YO

Qué es?

CLIENTA

Un Lexotanil, hace bien. Y es muy livianito.

YO

No, gracias.

Me fui de ahí pensando en esa pobre mujer. Y en su pobre nuevo matrimonio. Subimos los tres al auto y nos fuimos a Flores. Ahí, caminamos como quince cuadras en busca de algún cartel que indicara el producto inmobiliario que necesitaba el señor Levy. Pero, lamentablemente no había nada. Los chicos estaban agotados y decidí dar por terminado el tema trabajo para dirigirnos a Mc Donald´s. Aprovechamos a ir al que está sobre Rivadavia, así no tenía que mover el auto. Justo en el momento que estábamos por entrar, ví en una puertita vecina, un anuncio chiquito en papel, que decía: ¨´Ultimos días, la Maison de Lolo, se muda a Barrio Norte”. Miré detenidamente y era la entrada a todo un piso enorme que daba a la calle. Por escalera, o sea un PH. Me fijé que tenía las luces prendidas y toqué timbre. Tuve la infinita suerte que estaba el modista Lolo. Él me confirmó que ahí alquilaban, que el contrato acababa de finalizar, que tenía 250 metros y encima me facilitó el teléfono del dueño. Bingo!

De allí, si, nos fuimos a comer las hamburguesas. En eso, llamó Vincent a mi celular:

VINCENT

Milena? Estás trabajando?

YO

Si, vine a ver unas propiedades…

VINCENT

Estás con los chicos, no?

YO

Claro.

VINCENT

Querés que “te” prepare la cena?

YO

No, justo ahora terminamos con el tema inmobiliario

y estamos en Mc Donald´s.

Comé vos.

VINCENT

Ah… Bueno.

Los chicos disfrutaron felices sus hamburguesas. Aprovechamos para charlar y reírnos de todo lo que habíamos hecho juntos. Era maravilloso poder ensamblar las dos cosas en una: el trabajo y el cuidado de ellos. Cuando estábamos pipones, tomamos un heladito, y nos fuimos.

Volvimos a casa como a las nueve de la noche. Al entrar, estaba Vincent limpiando la heladera.

YO

Qué hacés?

VINCENT

Te ayudo un poco.

Ya me ocupé del microondas y la cocina,

solo me falta esto.

DALILA

Pobre papá….

FABIO

Porqué pobre?

YO

Vos te sentís bien?

VINCENT

Si… vos cumpliste ayer…

yo cumplo hoy….

Me quedé pensando: ¿Cómo le decían al odontólogo Barreda? Ahhh… Conchita…

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