sábado, 27 de febrero de 2010

119 – ME QUIERO DIVORCIAR YA! – CAPITULACIÓN

Aflojar, ceder, transigir. No son signos de debilidad, al contrario, son caminos para lograr objetivos. Con un contrincante duro y despiadado no hay mejor herramienta que desarmarse. Con desconcierto, se pueden lograr mejores resultados que con resistencia. Menos agresiones para mayores beneficios.

Sábado. Ayer a la tarde, Vincent se despachó con lo del asalto. Por un momento dudé de sus palabras como buen mentiroso que fue siempre. Pero se lo veía realmente alterado. Se tocaba a cada rato la cabeza, no se quedaba quieto en un lugar y hablaba muy rápido atropellando las frases. Me miraba poco a la cara, estaba más concentrado en preocupaciones que en armar oraciones convincentes. Yo conocía bien cada gesto suyo al decir la verdad o no. Cuando una persona quiere mentir, hay que observar el resto del cuerpo, los movimientos, la respiración, el tono. En general, se los ve muy atentos a la reacción del oyente para ver si logran impactar con sus inventos. Esos detalles delatan.

Todavía estábamos en la puerta del colegio de la nena.

Cuando los chicos lo escucharon, se asustaron.

DALILA

Ay papá!… ¿y te lastimaron?

VINCENT

No, no pasó nada… Les di todo y se escaparon enseguida.

YO

Dónde fue?

VINCENT

En la calle, cuando salía de cobrarle a un cliente.

FABIO

Te robaron mucho pá?

VINCENT

Si, $20.000…..

FABIO

Ah… no era tanto…

VINCENT

Qué no!…. una fortuna…..

Para mí que hubo una “batida”….

Bueno, me voy a hacer la denuncia.

YO

Te acompañamos.

VINCENT

No, para qué?

YO

Para que no te sientas solo. Somos tu familia.

DALILA

Pobre papá….

Estuvimos como dos horas con ese trámite en la comisaría. Vincent se veía raro. No estaba acostumbrado a andar en “patota” con nosotros. Mientras el oficial redactaba la denuncia, él nos miraba a cada rato y nos tocaba las manos como buscando contención.

Cuando terminó, fuimos hasta mi auto:

VINCENT

Gracias por venir.

YO

No, ya te dije, pase lo que pase

estamos los cuatro juntos.

Vincent se fue al negocio y nosotros a casa.

Cuando llegué, Nélida se había ido al fondo a fumar un cigarrito.

YO

Disculpe la tardanza, tuvimos un contratiempo.

NÉLIDA

No hay drama señora.

YO

Cuánto le debo?

NÉLIDA

Son $128.

YO

Bueno, tome.

(Le pagué)

NÉLIDA

Gracias, ahí en la cocina le dejé la cajita con sus cosas.

YO

Qué cajita?

NÉLIDA

Lo que fui encontrando mientras limpiaba.

La señora se fue y miré la famosa cajita. Tenía dos monedas, unos papelitos y algunos chiches chiquitos de los chicos. Me gustaba esa mujer….

A la noche, nos fuimos a acostar temprano. Me parecía mentira no tener que andar acomodando cosas o planchando pilas enormes de ropa. La casa se veía reluciente.

A la mañana, cuando me levanté, encontré un paquete grande en la cocina. Era mi tiramisú preferido –El de Tierra de Parrilleros-

VINCENT

Bueno, me voy. Que disfrutes el postre…..

YO

Por qué compraste esto?….

VINCENT

Por acompañarme ayer….

YO

Bueno. Pero decime….

¿Para qué te arriesgaste a llevar tanto efectivo

encima con la inseguridad que hay?

VINCENT

(Con actitud conflictiva)

Porque ya no puedo depositar ni emitir cheques….

YO

Vamos!…. Si lo del banco fue una tramoya tuya…

VINCENT

(Desconcertado)

No… ¿Qué tramoya?…

YO

Ya sé que los cheques que rebotaron se los diste a tu cuñado…

VINCENT

Eh… si, pero no….

YO

No tenés que seguir mintiendo….

¿Cuál es tu problema? ¿No hacerte cargo de los gastos?

¿No dejarme que use la tarjeta?

¿Quedarte con la casa y los autos?

Y bueno… si te hace feliz, dejá que yo ya me voy a arreglar.

¿No te das cuenta que de tanto manipular

nos vamos a quedar en la ruina, y enfermos de estrés?

VINCENT

Y bueno, se dio así….

YO

No se dio. Lo dimos…. Y se puede revertir.

Vincent me miraba desorientado mientras le hablaba. Como avergonzado porque le acababa de quitar las máscaras que se había puesto en los últimos tiempos. Él no acostumbraba a discutir de frente con todas las cartas sobre la mesa. Más bien era un operador clandestino de sus propios deseos. Sin embargo, yo me sentí más liberada por no seguirle el jueguito perverso de sus maldades. No más ojo por ojo de mi parte. Quizás necesitaba tiempo como me decía Piña. Y yo se lo iba a dar.

Ese día, no sé si estaría obrando como más me convenía, pero sí me invadía un profundo orgullo personal por encarar las cosas con más serenidad y aplomo, que presentando batalla a cada rato.

Ni bien salió me comí una porción de postre… Riquísimo!….

A eso de las diez de la mañana, llegaron mis padres. Los noté contentos por venir a verme. Y por reencontrarse con sus nietos. Mientras nos saludábamos, les presté atención a sus imágenes. Hacía mucho que nos los miraba detenidamente. Ya estaban cada vez más mayores. No lo había notado puntualmente, porque las veces que nos encontrábamos yo siempre tenía un conflicto galopando en mi cabeza.

MI MADRE

Hola hija!

YO

Hola mami!… todo bien?

MI MADRE

Si, con tu padre a cuestas…

YO

Ja Ja Ja… Vos renegás y renegás con él,

pero seguis firme ahí….

MI MADRE

¿Y adonde querés que me vaya a esta edad?

MI PADRE

Seguro!…¿Quién te va a aguantar como yo?

YO

Mami, me tengo que ir a eso de las doce y media,

le prometí ir a unos lugares con los chicos

y además tengo cosas de trabajo….

MI MADRE

(Abriendo la heladera)

No tenés nada. Solo un postre.

MI PADRE

Qué es?

YO

Tiramisú. Cómanlo, está sabrosón.

MI PADRE

No me gusta.

MI MADRE

¿Qué te hacés el exquisito?

YO

Ayer se me hizo tarde para ir al súper. ..

¿Y si les dejo plata, pueden comprar ustedes?

MI MADRE

Si, andá tranquila.

Me despedí de ellos dos con un abrazo enorme de mi parte. Son especiales los padres. Uno puede hacerles los mil y un desplantes, pero ellos siempre vuelven a perdonarnos. O se conforman con lo poco de tiempo que les damos. O se muestran felices de poder ayudarnos. Los hijos no procedemos igual.

Nos fuimos al mediodía al Parque Sarmiento. Fabio se agotó de subir y bajar con su skate unas pistas altas de madera. Se lo veía feliz, intentando pruebas una y otra vez. Con tenacidad, con esfuerzo, con perseverancia, tal como era su estilo en todo.

Mientras tanto, Dalila se quedó conmigo:

DALILA

Me asustó lo de papá… cada vez hay más robos….

YO

No tengas miedo mi amor. No ocurrió nada.

DALILA

Si, pero podía haber pasado algo malo…

¿Y si lo asaltan de vuelta?

YO

No va a pasarle nada. Creeme.

Me costó tranquilizarla… y mentirle. Porque en nuestro país habíamos llegado a un punto en que la inseguridad ya era cosa cotidiana. Bastaba con leer los periódicos o mirar los noticieros. Todos los días varios casos. Y con nosotros mismos… Le robaron el auto a Vincent, después me rompieron el vidrio a mí, a continuación lo asaltaron… Todo en el término de dos meses. Insoportable, sobre todo cuando se tiene la sensación de que nadie hace nada para revertirlo.

Nos fuimos a las 14,30 al edificio de la calle Avellaneda. Justo a las 15 llegaron los dos vendedores de guardia. Unos chicos de unos 25 años de excelente presencia, estudiantes de arquitectura. Jóvenes, muy jóvenes.

YO

¿Cómo están?

VENDEDOR 1

Bien y vos?

VENDEDOR 2

Qué hacés? Vos sos Milena?

YO

Si, buenas tardes a los dos.

Les quiero sugerir unas cosas antes que

lleguen clientes por el aviso.

Primero, por favor, a la gente nada de ¿Qué hacés?

Ni de tutearlos…

Y además, les pido que lleguen 15 minutos antes a la guardia…

VENDEDOR 1

Nos dijeron de 15 a 18.

YO

Si, pero necesito que lleguen antes para preparar todo

y que se vayan después de esa hora… ¿Puede ser?

VENDEDOR 2

(Desganado)

Seee.

YO

Si señora Milena.

VENDEDOR 1

Bien régimen militar….

YO

No! … Se trata de cuidar la imagen de la inmobiliaria.

Lo que ustedes muestren es lo que el público

va a considerar de todos nosotros.

Y quiero que sepan que el lunes se va a llamar

a toda la gente que visitó el edificio y

les vamos a preguntar por la atención recibida….

Me pasé un buen rato tratando de que esas mentes post adolescentes comprendieran la importancia de su tarea. Y sobre todo, lo fundamental de la imagen que presentaban. En el Congreso de Mar del Plata nos habían dicho que un constructor diseña el mejor edificio, la inmobiliaria la más acertada estrategia, pero todo eso pasaba a segundo plano si la persona que se ocupaba de mostrar aparecía en un estado calamitoso, o desganado, o mal hablado al comunicar. Insistí bastante con el tema y creo que lo entendieron.

Entre tanto, Fabio y Dalila jugaban en el parque del edificio. Al rato comenzaron a venir clientes. Los dos vendedores se esforzaban por brindar la información correcta y ser muy amables. En total contabilicé 10 interesados. El piso de muestra estaba impecable y el resto de la obra se veía bastante prolija. Cuando se hicieron las 18 horas llegó Daniel Marcos con la esposa.

DANIEL MARCOS

¿Cómo va todo Milena?

YO

Bien, vino bastante gente….

DANIEL MARCOS

(A la esposa)

Vení querida, te presento a la agente inmobiliaria….

YO

Encantada. Ví su foto en el escritorio.

ESPOSA

Ah… si, Daniel quiso ponerla allí.

DANIEL MARCOS

Si luce estupenda!….

Me dio esperanzas ver a una pareja tan armoniosa. Y mucha admiración. Uno cuando se enamora no evalúa cómo puede llegar a ser el vínculo con ese ser a largo plazo. Solo se deja llevar por una cuestión de piel turbulenta e inmediata que responde a una ley química de atracción. Tampoco calcula cómo puede funcionar como padre, ni como compañero, ni como parte de una familia. Menos que menos, cuál es la forma en que la pareja podrá resolver las diferencias. Solo se tienen en cuenta la intensidad de los besos, la emoción de los abrazos, o la adrenalina cuando se aproxima. Y eso es solo una parte al fundar un hogar.

Con Marcos y esposa tuvimos una corta y cordial charla y al ratito se fueron.

Terminado el tema del edificio, nos fuimos a comprar los zapatos de Dalila y después al cine.

Cuando retiramos el auto del estacionamiento:

FABIO

Má!… ¿pasamos por el negocio de papá?

YO

Eh….

DALILA

Dale!… antes de ir a casa….

YO

Bueno, pero primero le avisan…

Le di el celular a la nena y lo llamó. Me gustaba anticiparme “por si las moscas”. No fuera que cayéramos de golpe y algún insecto rastrero se encontrara en el lugar menos indicado, en el momento menos preciso. Una vez que se desbarató la posibilidad de moros en la costa, fuimos al negocio. Estacioné en la puerta y me quedé en el auto. Los chicos bajaron felices. Al rato vinieron todos a la puerta:

VINCENT

Necesitabas algo?

YO

No, tus hijos te querían ver.

VINCENT

¿Querés que lleve algo a casa?

YO

No.

Ah… te quería avisar que están mis viejos…

VINCENT

Bueno.

YO

Hoy y mañana.

VINCENT

¿Querés que compre todo para hacer un asado el domingo?

YO

Bueno.

VINCENT

Avisale a tus hermanos si querés.

YO

Dale….

VINCENT

Te gustó el postre?

YO

Si. Te quería decir que el lunes voy a ir al banco

y a la compañía de seguros…..

VINCENT

¿Vos te sentís bien?…

YO

Si.

No es la idea que esto se convierta en una guerra…..

VINCENT

Yo tampoco quiero eso….

YO

No va a ser así… No de mi parte.

Quedate tranquilo que si necesitás

mi firma la vas a tener, para lo que sea….

VINCENT

A cambio de?

YO

De nada. No es que haya cambiado de planes,

lo que pasa es que quiero que nadie sufra.

VINCENT

Uy… yo la pasé mal con esa idea del divorcio….

YO

Eso se va a dar. Pero no como un desastre.

Quiero que entiendas bien que juntos o separados

nosotros siempre vamos a ser una familia…..

VINCENT

Ah… Bueno, te agradezco…

YO

Me agradecés? Por qué?

VINCENT

Por haberlo re pensado.

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