sábado, 20 de febrero de 2010

112 – ME QUIERO DIVORCIAR YA! – TRENCITAS

Adicciones y paliativos. Ambos consecuencias de un sufrimiento crónico que no alcanzamos a resolver. Vasos de alcohol, ansiolíticos, sedantes, porros, cigarrillos, atracones de comida, compras desmesuradas, juegos compulsivos, amantes. Todo sirve para hacernos sentir por un ratito que la vida no duele tanto.

Sábado. Eran las 3 menos cuarto AM, cuando manejaba por la autopista para dirigirme al centro. Hacía mucho tiempo que no andaba sola por la calle a esa hora. “Debo sentirme feliz”, me repetía a cada instante. “Voy hacia un viaje de placer, tengo que estar contenta”…. Sin embargo, no podía dejar de recordar la semana explosiva que había vivido. Todo lo nuevo de mi marido, la tristeza del nene, y esos regalos prometidos que me permitieron la salida a último momento. Demasiados altibajos para un carácter tan conservador como el mío. Pensaba en Vincent. Seguramente ya estaría en Uruguay con Mariana. Pensaba en los chicos en casa durmiendo con mi hermana. Pensaba en Patricio, a minutos de encontrarme con él. Los seres humanos buscamos desesperadamente ser felices, a cualquier precio. Pero dentro, muy dentro de mi corazón sentía que esto era algo ficticio. Tenía plena conciencia de que mi vida era un desastre. Que en mi casa debía fingir que no me enteraba de nada, para poder llegar a vencer en un juicio de divorcio conveniente. Y ahora, sentía que me veía en la obligación de disfrutar. Demasiado retorcido lo mío, lo reconozco. Pero era la pura verdad de lo que me estaba pasando.

Cuando llegué al lugar indicado sonó mi celular.

PATRICIO

Hola amor…

YO

Hola.

PATRICIO

Estoy dentro del garaje, por favor entrá.

YO

Bueno.

Se abrieron las puertas del estacionamiento, un señor mayor medio dormido se me acercó. Era el sereno.

SERENO

Déjeme las llaves que yo lo estaciono.

Le obedecí mansamente. Saqué mis cosas del baúl y en ese momento vino Patricio.

PATRICIO

Dame todo.

Llevamos lo mío hacia su auto y partimos. En el camino me sentía rara. Por un lado me consumía la angustia, y por el otro, pensaba que el pobrecito bombón no iba a terminar entendiendo nada de lo que me pasaba. Una vez que tomamos la autopista La Plata- Buenos Aires:

PATRICIO

Estás triste.

YO

Te voy a ser muy sincera. No sé si todo esto está bien.

PATRICIO

Contame qué estás pensando.

YO

Que estamos tratando de “armar”

un momento de felicidad. Pero que en

realidad todo es una gran farsa.

PATRICIO

Epa!

YO

No te quiero mentir. Me siento fatal, porque todo lo de

esta semana me superó, pero al mismo tiempo me

gusta estar acá con vos… Digo me gusta, pero no en

estas circunstancias. Disculpame.

PATRICIO

Yo también me sentía raro.

Aunque mis problemas los tengo mejor asimilados.

¿Querés volver?

YO

La verdad, lo que quisiera es entender

para que nos sirve todo esto. Me veo

como alguien que está en medio de un velorio y para

recomponerse de la pérdida se va a bailar a algún boliche.

Y la verdad última es que el muerto y el cajón existen,

por más que uno quiera disfrazarlo.

PATRICIO

¿Y las veces que nos encontrábamos dos horitas también te sentías así?

YO

No!… No sé porque, pero eso era distinto.

Realmente me hacía muy feliz verte, pero no me

quedaba con la culpa de haber alterado demasiadas

cosas para darme ese pequeño gusto.

Ahora, esto es distinto. Como que tiene otra dimensión.

PATRICIO

Más tramposa?

YO

Más irreal…. Mirá, yo siento que por un lado tengo a

mi marido, con una proyección larga en el tiempo,

y un desastre de vínculo. Cosa que no quiero más.

Y por otra parte, te tengo a vos. Un vínculo soñado,

con alguien perfecto para mí, pero con un corto alcance y ninguna

perspectiva de futuro… Esos dos extremos me matan. Me desorientan.

PATRICIO

Milena ¿Viste cuándo vas al cine?…

¿Y te reís y disfrutás con un buena peli?

YO

Si.

PATRICIO

Bueno, esto es eso.

YO

Un rato nada más.

PATRICIO

Si, un buen rato buscado, como cuando vas y sacás las entradas….

Si al que hizo la peli no le exigís que eso se convierta

en realidad eterna… ¿Por qué te querés obligar a vos misma y a

mí también, a que todo dure para siempre?

YO

Porque yo te quiero, y me parece injusto

que no podamos tener algo mejor.

PATRICIO

En la vida, hasta lo que parece más seguro, se puede terminar.

Todos nos vamos a morir algún día, entonces qué vamos a hacer?…

¿Suicidarnos porque sabemos que somos mortales?

YO

Eso es distinto.

PATRICIO

No es distinto, tiene el misterio de los tiempos.

No sabemos cuánto vamos a vivir, del mismo

modo que no sabemos cuánto nos van a durar los

momentos felices. Por ahora, todo indica que lo nuestro va

a ser de corto plazo…

Pero.. ¿y qué sabemos lo que puede pasar en el futuro?

¿Vos querés que alguien te garantice eternamente algo?

YO

(Confundida)

No, tanto como eso no.

PATRICIO

Entonces? Porqué no disfrutas de lo que HOY tenés…

Puede que después venga algo mejor, o no.

No lo sabés. Nadie lo sabe.

Esa conversación a fondo con él, sin máscaras, sin tener la obligación de mostrarme feliz cuando realmente no lo estaba, logró calmarme bastante.

YO

Bueno, creo que tenés razón.

PATRICIO

Yo no soy Filósofo, soy Martillero, pero si hay algo

que aprendí hace mucho, es que la verdadera felicidad

es disfrutar de lo que se tiene, aquí y ahora.

Estamos en un mundo complicado, en un país difícil,

con seres humanos que nos rodean cada vez más agresivos.

Entonces ¿porqué no tenés en cuenta las

cosas buenas que te pasan?

¿Porqué vivir pendientes de lo que nos está faltando?

Milena, tus chicos están bien de salud, vos también….

Tenés un trabajo soñado, era lo que querías hasta hace unos meses.

Mal o bien, me tenés a mi. Tratá de pensar solo en eso.

Lo demás verás paso a paso cómo lo vas solucionando.

YO

Si, es muy cierto.

PATRICIO

Te convencí aunque sea un poquito?

YO

No un poquito, bastante.

PATRICIO

Entonces, mirá en el asiento de atrás….

YO

Qué? A ver? Y esas flores?

PATRICIO

Son para vos….

El viaje duró cuatro horas. No recuerdo haberme sentido más en paz en los últimos tiempos. Solo hablamos y hablamos en todo el trayecto. Mucho y a fondo. Él y yo desde nuestras esencias, sin esconder demasiado. Él en positivo, y yo más angustiada, pero abierta a entender todo lo que me decía.

Llegamos a Mar del Plata a las 7,30 de la mañana. Fuimos directo al Hotel Provincial. Patricio estacionó en unas cocheras subterráneas enormes justo abajo del edificio. Nos bajamos, tomamos nuestros bolsos y caminamos hasta el ascensor. Nos registramos con nuestros nombres. Patricio tuvo el buen tino de pedir dos habitaciones separadas. Cuando el botones nos acompañó, ambas estaban una al lado de la otra. Por supuesto que tomamos solo una.

YO

Esto te salió el doble…

PATRICIO

Y si, pero así estamos más tranquilos.

No hay que dejar huellas…..

YO

Es muy cierto. A ver?… Qué linda habitación!…

¡Y mirá como se aprecia desde acá el mar!…

PATRICIO

(Abrazándome)

Hermoso. Mar del Plata tiene algo especial,

no sé si es el aire, no sé si es que uno se predispone distinto,

pero llegás y te sentís mejor ¿No te pasa?

YO

Si, la verdad que estoy un poco más tranquila.

PATRICIO

Amor, el Congreso comienza a las 10,

y es en el primer piso de este mismo edificio

¿Qué querés que hagamos?

Salimos a caminar, podemos desayunar afuera

o pido todo acá, podemos ver la tele….

YO

(Pensando)

Mejor desayunemos acá y veamos tele.

Acomodamos nuestras cosas después de pedir el servicio a la habitación. Había una mesa con dos sillas, pero Patricio se recostó en la cama a ver tele. Cuando llegaron con la bandeja, la acomodé en la mesita de luz y comenzamos a servirnos. Había no sé qué programa y comentábamos no sé qué cosas mientras comíamos. No me acuerdo bien, porque todo el tiempo yo pensaba y lo observaba. Estaba tan lindo, y me hacía tan feliz esa calma y esa paciencia con que encaraba todo. Nada de cuestiones compulsivas, nada de forzar situaciones. Creo que ese rasgo de él era lo que más me atraía. Cuando terminamos de desayunar, acomodamos todo sobre la mesa y él puso unas cuántas almohadas para que pudiéramos estar casi sentados en la cama viendo la tele. Me acomodé a su lado y me volvió a abrazar. No con pasión, sí con ternura. Al menos para mí: nada más seductor que un amoroso distante. Y nada más despreciable que un desesperado impaciente.

YO

(Divertida)

Y… ¿si apagamos la tele?….

PATRICIO

(Sonrisa pícara)

Estás segura?

YO

Muy.

Estuvimos “divirtiéndonos” casi una hora. Cuando se acercaba la hora del Congreso, nos bañamos y cambiamos para ir.

Ni bien ingresamos, pidieron las acreditaciones y nos regalaron unos maletines preciosos con el logo del evento, más cantidades de folletos de todas las empresas involucradas.

Primero, pasamos a un sector donde había un desayuno americano lleno de exquisiteces. A mí me pasa algo siempre: cuando logro estar tranquila me da un hambre sin límites y sin topes. Había un barra para sentarse, o si no por ahí, o parados alrededor de las mesas.

PATRICIO

Lo que comimos en el cuarto me mató… ¿querés algo de acá?

YO

Obvio!… Ummmm… ¿Qué podría ser?

PATRICIO

Yo que vos… un tiramisú….

YO

Siiii… me muero!!! Quiero eso!!!…..

Patricio me trajo de todo, postre, jugo de naranjas, café, té… Actuaba tan cariñoso que si no fuera que estaba lleno de gente, me lo hubiera comido también a él.

A las 11 comenzó el Congreso propiamente dicho. Pasamos a un salón con muchos asientos y un gran escenario con micrófonos.

Yo me había llevado un montón de cuadernos y lapiceras.

PATRICIO

No hace falta que anotes,

al final nos dan un CD con la filmación de todo.

YO

Ah… bueno, primer mundo full.

De esa forma, nos acomodamos tranquilos en las butacas para escuchar atentamente. Pidieron que apagáramos los celulares. Tomé su mano para que estuviera así con la mía casi todo el evento. Cada tanto me la apretaba suavemente o me hacía cosquillas con los deditos. O me mandaba miraditas cómplices. Testeaba de esa forma permanentemente que estuviera bien. Es increíble cuando a falta de palabras los sentimientos se las arreglan para hablar. Aparte de estar físicamente ahí, yo sentía todo el tiempo que él estaba al lado mío. Quiero explicarme: con Vincent me ocurría siempre que lo percibía distante, como a mil kilómetros de mi vida. Pero con Patricio pasaba todo lo contrario.

En el primer tramo de la mañana hubo dos conferencistas, doctores en economía hablando de las perspectivas del mercado inmobiliario en la aldea global. Ellos no hacían pronósticos en el más estricto sentido de la palabra. Más bien, daban pistas. Cosa de que cada uno sacara sus propias conclusiones.

A continuación vino un desarrollador “Developer” como lo llaman comúnmente. Son los especialistas en armar el negocio de la construcción. Desde todo punto de vista: los costos, la obra, los inversores, la financiación, los compradores, las inmobiliarias. Interesante.

Después vino el horario del almuerzo. Breack de una hora y, como no teníamos hambre, a caminar juntos por La Rambla. Estaba algo nublado. Algo. Por momentos había sol, otras veces a los pocos minutos viento, y después se oscurecía como para llover. A mí me parecían todos los estados estupendos. Al lado de él parecía que por primera vez en mucho tiempo comenzaba a respirar.

PATRICIO

Estás bien?

YO

Si, mucho mejor.

Fue hermoso mirarlo, escucharlo, sentirle aunque sea la mano cada tanto.

Volvimos al Congreso. Lo más atrapante de toda la tarde fue un contador que explicó los detalles del Fideicomiso Inmobiliario. Excelente forma de unir inversores, constructores y compradores…..

A las 18, puntualmente, terminó el primer día del evento. Salimos a caminar por la arena.

PATRICIO

Tenés frío?

YO

No, y vos?

PATRICIO

No.

YO

Sabés? Finalmente lograste que me sintiera bien.…

Lo abracé con ternura, y por primera vez se sonrió abiertamente. Él era como yo, no necesitaba un amor desaforado. Valoraba lo pacífico, lo tranquilo, lo predecible.

Nos sentamos en la playa, había poca gente. En un momento dado le apoyé mi mejilla al lado de la de él. Y juntos miramos tranquilos el mar. Parecía como que el mundo se había detenido. Y descubrí una pequeña pero efectiva fórmula para ser feliz unos momentos. Cara a cara con quien uno ama, sintiendo la tibieza de su rostro. Mucho viento húmedo. Sonidos de olas que rompían. Olor a mar. Silencios y emociones. Solo eso, para sentirse bien….

De pronto me acordé de algo:

YO

Uyyyy!!!!… No prendí el celular!….

PATRICIO

(Reaccionando)

Uhhh… yo tampoco!….

Rápidamente los encendimos y nos tranquilizamos al ver que no había mensajes desde Buenos Aires.

YO

Menos mal, tengo miedo por los chicos….

PATRICIO

Yo también… pero tranquila… está todo bien…

YO

Qué dijiste en tu casa?

PATRICIO

Que tenía que tasar un campo….y vos?

YO

Como me dijiste, generalidades…

Igual, a mi hermana no tenía que explicarle mucho…

Algo sospechó….

En ese momento, comenzó a llover. Primero tenuemente, después, como pasa en la costa, con toda la furia. Nos fuimos corriendo al hotel divertidos. No me preocupé demasiado por mi pelo porque había traído la planchita.

Llegamos a la habitación y nos bañamos nuevamente. La vista por la ventana era increíble. Parecía que el mar y las olas estaban dando un concierto solo para nosotros.

PATRICIO

Son las 8 de la noche ¿Vamos a comer algo?

YO

(Desde el baño)

Si, esperame que me arreglo el pelo….

PATRICIO

Bueno, me acuesto en la cama a ver tele… ¿tardás mucho?

YO

No, unos veinte minutos en total, no más….

(Saliendo del baño apurada a revolver mi bolso))

Ay Diosss!!!!…

PATRICIO

(Asustado)

Qué pasó???

YO

Ay no, no puede ser!!!!…

PATRICIO

Milena, por favor.. qué pasa!!!

YO

No traje el secador del pelo…

PATRICIO

(Divertido)

Uy… tremendo….

YO

Si que es mortal… ¿y ahora qué hago?

PATRICIO

Pido uno en la conserjería…

YO

(Desesperada)

No!… el mío es especial… tiene iones…

¡¡¡Yo sabía que me lo iba a olvidar!!!!

PATRICIO

Te compro uno….

YO

No!!!… tengo que elegirlo yo!!!…

PATRICIO

Y bueno, vamos….

YO

Así? Con estos pelos?

PATRICIO

(Simulando comprenderme)

Ah… claro, claro…. Pero, acá en la planta baja

hay unos locales y tienen peluquería….

YO

Si?… sin salir? Ay… bueno vamos….

Me cambié y fuimos al local.

YO

Bueno, mi amor, nos vemos después…

PATRICIO

¿Después?… ¿No me puedo quedar acá?

YO

No! Andate… por favor… No quiero que presencies

la reconstrucción de este desastre….

PATRICIO

Está bien… voy a la confitería del hotel que

está en el primer piso. Venite cuando termines…

YO

(Desesperada)

Si, si.. andá….

La pobre peluquera estuvo como media hora haciéndome algo que me permitiera seguir incorruptible por el tiempo que me faltaba en la costa. Esa hermosa, pero traicionera costa que destilaba humedad y viento enloquecido, un ataque directo para mi planchada cabellera. Hasta que al final terminó. Y fui a buscar a Patricio.

PATRICIO

Epa… trencitas…..

YO

Y si… no me quedó otra…

PATRICIO

Te quedan… lindas…

YO

No me mientas… estoy horrible, pero ya está…

no me miro más al espejo y listo…

PATRICIO

Bueno.

YO

Y vos… tampoco me mires más…..

No hay comentarios:

Publicar un comentario