En Inglaterra pocos días sale el sol. Y uno que habita en estas latitudes se pregunta ¿Cómo pueden vivir de esa forma? ¿Por qué no se van?… Simple, porque se acostumbraron. Como lo hicieron los que viven en zonas inundables, o con terremotos, o con extrema decadencia. La cosa es adaptarse.
Lunes. El hombre es un animal de costumbre. Difícilmente se de cuenta si lentamente va bajando en sus niveles de vida. Como ocurre con un país. Cuando pasan años y años con políticos incorrectos, mentirosos, corruptos, manipuladores, todo pequeño indicio de mejora se toma como la gran solución. La cosa es aferrarse a alguna esperanza. Se dejan de tener perspectivas amplias sobre lo que está bien o mal. En psicología se llama “sobreadaptación”. Es como si de golpe un día nos cortaran un dedo arbitrariamente. Lloraríamos, nos quejaríamos, patalearíamos, pero al final nos acostumbraríamos. El problema es que después nos vamos quedando sin un brazo, sin una pierna, y seguimos adelante como si fuéramos personas físicamente completas. Sobre todo si la gente que nos rodea va careciendo de las mismas cosas. Nadie se pregunta un instante: Eh!… ¿Por qué me fueron cercenando lo que me correspondía naturalmente?… No!… seguimos como si nada, porque vemos que a los demás también les faltan partes.
A mi hermano le estaba pasando exactamente eso. Buscaba cualquier excusa para seguir adelante con su mujer, sin ver claramente que la convivencia con ella no era normal. Quizás esa anormalidad era a todo lo que quería aspirar en la vida. O como en el caso de Vincent, que no notaba ni ahí que nuestra pareja estaba a kilómetros de lo que habíamos soñado. Sin embargo, con un poco de “re pensar” de mi parte le alcanzaba para seguir adelante.
Esa mañana se levantó temprano y quedamos en encontrarnos a las 13,30.
Con los chicos hicimos lo de siempre en casa, tareas escolares y llamados a clientes.
Luego de almorzar, a los colegios, y yo a ver a Vincent. Me estaba esperando puntualmente en la puerta del banco. Se lo veía animado y totalmente amable conmigo. El oficial de cuentas me trajo la carpeta con unos papeles que firmé sin obstáculos. Nos dijo que en 72 horas tendríamos todos los servicios nuevamente habilitados: chequera, tarjeta de crédito, descubierto. Cuando salimos de ahí, en el camino a la compañía de seguros:
VINCENT
La verdad, te voy a ser sincero, no creí que cumplirías.
Te merecés que te pague la tarjeta.
YO
(Irónica)
Sos muy bueno vos….
VINCENT
Si, si me tratan bien, respondo igual.
YO
(Insistiendo)
No, la verdad no dejás de sorprenderme….
Nada más que porque accedí con temas de tu incumbencia,
solo por eso, me premiás con la comida de los chicos….
VINCENT
Y si… No soy un mal tipo, te lo dije….
YO
Sos… maravilloso.
VINCENT
Gracias.
Siguió sin entenderme, y lo más contento. Finalizado el trámite del auto, se fue a su negocio. Y yo a tasar un departamento en San Telmo.
Cuando llegué me encontré con un edificio antiquísimo en ruinas. El cliente tenía un cuatro ambientes, tercer piso por escalera. Como el timbre no funcionaba entré. La puerta de ingreso común estaba abierta con un cartelito así nomás que decía “pase directamente”. El del departamento tampoco andaba, así que golpeé varias veces con fuerza. De adentro, luego de unos minutos me abrió el propietario. Era un hombre de unos 50 años, chiquitito y apocado.
YO
Qué tal? Soy de Morgante Inmobiliaria….
CLIENTE
Ah… pase, la estaba esperando.
Por dentro, el inmueble no estaba diferente que el resto. Las paredes tenían humedades por todos lados. En algunas partes directamente no estaba el revoque. Las canillas chorreaban agua desde hacía tiempo. Se notaban las marcas amarillas y verdes por los hongos. A un costado del living había un montoncito de tierra y una escoba apoyada así no más.
CLIENTE
Recién estuve barriendo, porque venía usted.
¿Sabe? Yo soy pintor.
YO
De paredes?
CLIENTE
No, de cuadros.
Y esta casa es la que viví desde que nací.
Hace un año fallecieron mis padres
y ahora quiero renovarme.
El hombre tenía tristeza por dejar atrás su pasado. No me extrañó, pasa siempre que alguien vende un inmueble de la infancia. Cuando levantó las persianas a pedido mío, también pude notar que su pulóver estaba lleno de manchas.
YO
Es una sucesión entonces…¿Y ya está terminada?
CLIENTE
Si, y yo soy el único heredero.
YO
Usted es soltero? Porque si es sede del
hogar conyugal tiene que firmar su esposa.
CLIENTE
Soy hijo único y nunca me casé, ni tuve hijos ni nada…
Y acá vivo solo desde que ellos murieron.
Me da pena desprenderme de esto, pero necesito algo
de efectivo para moverme.
La venta de pinturas cayó demasiado últimamente.
¿Cuánto puede valer mi casa?
YO
Vamos a hacer lo siguiente,
veo todo y mañana le paso el precio…..
Recorrimos juntos ambiente por ambiente. Todavía estaba amoblado con cosas de más de cincuenta años. La cama, los espejos, las sillas, la mesa, los platos, los vasos… todo tenía esa antigüedad. Y capas de tierra.
Cuando terminé lo saludé y él insistió amable en acompañarme a la puerta.
Me fui pensando en ese hombre. Y lo vinculé con lo de mi hermano. Si, indudablemente que uno se va acostumbrando lentamente a la desidia. Hasta que un día deja de tener conciencia de como en realidad vive. Me generó lástima pensar en ellos dos. Y también alerta por mí misma, de no caer en ese tipo de situaciones.
También reflexioné que los seres humanos somos como los chicos. Nos vamos quedando indefinidamente en las situaciones que se dan. Me acordé de los primeros tiempos de colegio de mis hijos. Tuve que ir dejándolos de a poco para que no extrañaran. Para que aceptaran su nuevo lugar de unas horas…. Y de pronto se me ocurrió algo….
Fui a la oficina.
YO
Blanquita, todo bien?
BLANQUITA
Si. ¿Cómo pasaste el finde? El tiempo estuvo tan lindo….
YO
Bien, comimos un asado…
BLANQUITA
Todos juntos?
YO
Con mi familia también.
BLANQUITA
Ah… entonces se está arreglando todo con tu marido?
YO
No, al contrario, cada vez estoy más convencida
de que se tiene que terminar cuanto antes.
¿Está Piña? Quiero hablar con él.
BLANQUITA
Si, enseguida le aviso.
Fui a mi escritorio.
YO
Jorge, Caludia, buenas tardes.
JORGE
Todo bien en Avellaneda el sábado, no?
YO
Si, correcto.
CLAUDIA
Hay una persona que vino a dejar una
reserva esta mañana, es por el 4ª B.
YO
Excelente.
JORGE
Y yo quedé en tasarle a uno,
un dos ambientes para hacer la simultánea.
YO
Arrancamos bien ¿Los clientes objetaron los precios?
CLAUDIA
Y quejar, se quejan siempre, pero harán contra ofertas y listo.
(Bostezando)
Ahhhh… estoy molida del domingo…
JORGE
Saliste a pasear con los chicos?
CLAUDIA
No!… Yo sola me fui con mis amigas al Tigre….
JORGE
Y tus hijos?
CLAUDIA
Se quedaron con mi suegra y mi marido….
JORGE
Y no te dijo nada?
CLAUDIA
Mi marido? No, ya lo tengo re acostumbrado.
¿Y vos? Saliste?
JORGE
Si, como siempre fui a buscar a mi hija a lo de la madre.
La llevé al parque. Después a comer algo, y de vuelta a su casa….
CLAUDIA
Qué embole ¿no te aburrís de repetir todas las veces lo mismo?
JORGE
No.
Otros ejemplos más que confirmaban mi teoría. Yo a Vincent lo había habituado a hacerme cargo completamente de los chicos, de que pasara lo que pasara a ellos no les faltaría nada. Que cada vez que volvía a casa, todo estaría en orden. Y él me había “domesticado” para que me bancara sus constantes llegadas tarde. Sus días eternos en el negocio, y su poca preocupación por atender a sus hijos. Definitivamente, todos somos animales de costumbre.
BLANQUITA
Milena, podés subir a ver al jefe.
Fui rápidamente. Con los trámites de Vincent más la tasación, se me habían hecho las 4 de la tarde.
ARQUITECTO PIÑA
Hola Milena!… ¿Supo las novedades?
YO
De Avellaneda?…Si!… comenzamos bien.
ARQUITECTO PIÑA
Va a dar buenos frutos ese edificio. ¿Qué tal el sábado?
YO
Bien. Los vendedores aceptaron algunas sugerencias,
después se comportaron correctamente.
Y estuvo Daniel Marcos.
ARQUITECTO PIÑA
Todo bien con él?
YO
Impecable, fue con la esposa. Qué pareja encantadora….
ARQUITECTO PIÑA
Hablando de parejas ¿Y lo suyo?
YO
De eso le quería hablar.
¿Puede ser que me avisen cuando tasen algún
departamento chiquito en alquiler por acá?
ARQUITECTO PIÑA
Se muda?
YO
Si, despacito, pero tengo que hacerlo.
ARQUITECTO PIÑA
Su marido entendió al final?
YO
No, al contrario.
ARQUITECTO PIÑA
Ojo que eso es abandono de hogar…
YO
No!… Si me quedo un tiempo en los dos
lugares no me pueden acusar de eso….
ARQUITECTO PIÑA
Como si tuviera dos casas?
YO
Así es. No lo hago tanto por mi, por los demás.
Pensé en que se vayan acostumbrando de a poco.
A propósito…
¿Yo puedo ser mi propia garantía con mi casa?
ARQUITECTO PIÑA
Ummm… pero tendría que firmar
su marido porque es de los dos, no?
YO
Si, pero no quiero necesitar de él.
¿Y si pago un año por adelantado?
ARQUITECTO PIÑA
Eso depende de que el propietario lo acepte.
No se preocupe, vamos a intentarlo.
La consulto por otro tema…
¿Cómo anda lo del edificio para el cliente español?
YO
Ah… bien, ya tengo un listado de diez.
ARQUITECTO PIÑA
Los pudo ver? Revisó que fueran buenas oportunidades?
YO
Si, por fuera los ví a todos.
ARQUITECTO PIÑA
Por fuera? Sería mejor que los recorriera por dentro.
YO
A todos?
ARQUITECTO PIÑA
Y si… es la manera de hacerlo profesionalmente.
YO
Pero las inmobiliarias colegas con las que consulté
me pasaron todo, inclusive planos.
ARQUITECTO PIÑA
Hágame caso, véalos bien en detalle.
Es un esfuerzo adicional que vale la pena.
Este es un negocio grande.
YO
Ay… está bien….
ARQUITECTO PIÑA
Qué raro en usted que no lo haya pensado.
YO
Si, lo que pasa es que ya no
sé de dónde sacar más tiempo.
Después de la reunión con mi jefe acordé citas para ver esa misma tarde cuatro edificios. Piña tenía razón con sus indicaciones, lo que me pasaba era que tantas obligaciones ya me estaban superando. Fui a buscar a los chicos y programé hacer todo con ellos, como siempre.
FABIO
Uh… má, tenía que estudiar….
¿No podemos irnos a casa?
YO
No mi amor, es un ratito y enseguida terminamos.
DALILA
¿Yo me puedo quedar en el auto haciendo la tarea?
YO
No, es peligroso, bajan conmigo.
Recorrimos los inmuebles piso por piso. Se trataba de construcciones de entre 10 y 12 plantas, llenos de sectores que se podían denominar departamentos u oficinas. En todos los casos, los usos podían ser indistintos. Tenía razón Piña, porque algunos datos que me habían pasado no coincidían con la realidad: el estado, las vistas, las luminosidades.
Como a eso de las 10 de la noche llegamos a casa de vuelta. Los niños ya tenían sueño. Improvisé algo de cenar y al rato los acompañe a sus dormitorios para acostarse.
FABIO
Má… te quería decir una cosa.
YO
Qué mi amor?
FABIO
Yo no quiero trabajar más con vos.
Me canso mucho.
lunes, 1 de marzo de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario