jueves, 11 de marzo de 2010

131 – ME QUIERO DIVORCIAR YA! – NUEVAS FORMAS

Sin dejar de cumplir con mis compromisos. Sin tener una actitud irresponsable. Estoy intentando no tener conflictos con mis ideas. Las diferencias con los demás me resultan más fáciles de resolver que las que me genero conmigo. Éstas se me clavan en el alma y me hieren por largos tiempos.

Jueves. Ayer recibí a los chicos en la puerta de la inmobiliaria. Venían en los micros escolares felices de compartir un rato con sus amiguitos. Por ser la primera jornada de esa forma, resolví estar presente en el momento de sus meriendas. No me daba dejarlos solos en el departamento con artefactos que no conocían y en un lugar relativamente nuevo para ellos. Cuando subimos, retiramos a Choco de lo de Elvira y nos juntamos los 4 en el mono ambiente. Recién en el instante que estuvieron listos para hacer la tarea, los dejé. Siempre avisándoles que cualquier problema me podían llamar al celular, o ir a buscar a Elvira, o bajar directamente a la oficina.

YO

Blanquita está Juan Carlos todavía?

BLANQUITA

Si.

YO

¿Le avisás que ya estoy lista para verlo?

Me fui mientras tanto a mi escritorio a planear más trabajo.

YO

(A Jorge)

Qué tal la reunión con el nuevo gerente?

JORGE

Y… bien… no es tan jodido como creía….

CLAUDIA

Es amoroso….

ANÍBAL

Parece copado.

JUAN JOSÉ

Pienso y pienso, y no me puedo

acordar de dónde lo conozco.

BLANQUITA

Dice Juan Carlos que subas.

Fui hasta el lugar de él. Primero lo busqué en la oficina de Piña y no estaba. Al final, lo habían instalado transitoriamente en un pequeño escritorio al lado de la Sala de Firmas.

YO

Buenas….

JUAN CARLOS

Pasá….

YO

Disculpame, pero no podía verte antes….

JUAN CARLOS

(Mirándome serio)

Está bien…. De todos modos yo….

(Sonó su interno)

Quién?… Ah si!… pasame Blanquita….

Hola?… ¡Qué decis!…. ¡Tanto tiempo!….

Si, te mandé un mail porque ahora trabajo en Morgante….

Si…… ¡Ché!… ¿cuándo nos vemos?…. Si…

ese partido estuvo buenísimo…..

Y así siguió 10 minutos comentando intrascendencias. En un momento dado, me acordé de unos llamados y me levanté despacito para irme.

JUAN CARLOS

Si…. Genial…. Eh… esperá un poquito…

(Tapando el tubo)

Milena, quedate… no es nada que no puedas escuchar….

YO

Lo que pasa es que tengo cosas que hacer…

Vuelvo cuando te desocupes….

JUAN CARLOS

No!… ya termino….

YO

(Volviéndome a sentar)

Bueno.

Juan Carlos siguió otros 10 minutos con esa charla. Al final, me levanté y salí sin mirarlo. Me instalé en mi escritorio y llamé a 4 clientes. En un momento que no estaba utilizando el teléfono mío, sonó el interno.

JUAN CARLOS

Milena, te pedí que me esperaras….

YO

Si, pero quería aprovechar el tiempo….

¿Querés que suba ahora?

JUAN CARLOS

No, ya es tarde. Mejor mañana.

YO

Bueno

(Le corté)

Comencé a anotar en la agenda las tasaciones que había pactado con los propietarios que acababa de llamar. Sonó nuevamente mi interno.

YO

Hola!….

JUAN CARLOS

Milenita… Cuando hablás con un superior tenés que esperar

a que él corte primero, y después recién vos….

Acto seguido cortó. Me quedé desencajada con la pelotudez que me acababa de decir. Logró alterarme unos instantes, pero pronto resolví que era demasiado estúpido ese motivo para ponerme mal. Terminé con mi trabajo y puntualmente a las 20 me fui junto a los demás.

Nos despedimos en la vereda. Todos comentaban lo macanudo que les había parecido este nuevo integrante de la inmobiliaria. Todos menos yo.

Cuando subí al departamento, estaba Choco tirado en el piso con las patitas hacia arriba y cumpliendo el ritual que más le gustaba: que los chicos le rascaran la panza. Eso me hizo olvidar el incidente laboral.

Nos fuimos a la casa. Allí se bañaron, cenaron y se acostaron. Yo estaba rendida, así que me dediqué a mirar tele desde la cama.

Por la mañana, preparé la rutina diaria y como siempre salimos al mediodía. Como siempre también, dejé a Choco con Elvira. Y de ahí nuevamente a la oficina.

YO

Hola Blanqui…

BLANQUITA

Hola Milena ¿todo bien?

YO

Si. Blanqui… ¿realmente lo ves copado a Juan Carlos?

BLANQUITA

Si ¿por?

YO

No sé, se me hace un poco autoritario….

BLANQUITA

No!… Te habrá parecido…

¿No ves que nos trata como un compañero más?…

YO

Ummm si, me habrá parecido…..

BLANQUITA

Te llamó Daniel Marcos….

YO

Si? Qué necesitaba?

BLANQUITA

Dijo que le hables.

Fui a mi escritorio y me comuniqué con él.

DANIEL MARCOS

Quiere venir mañana por mi oficina?

YO

Claro.

DANIEL MARCOS

Tengo la respuesta a su consulta sobre

tomar unidades en parte de pago….

YO

Si???….

DANIEL MARCOS

Si, véngase a eso de las 15 y le explico personalmente.

(Corté y de inmediato sonó el interno)

Hola!

JUAN CARLOS

Buenas noches no?

YO

Qué? Quién habla?

JUAN CARLOS

Soy tu jefe. ¿Podés subir?

YO

Ya voy.

Me fui como una tromba a su oficina. No sé si por la indignación que me causaba ese tonito sobrador que utilizaba conmigo, o porque no había logrado entender lo de “buenas noches” y quería que me lo aclarara cuánto antes.

YO

Permiso…

JUAN CARLOS

¿Cómo andás?

YO

Bien ¿Qué me dijiste de “buenas noches”?

JUAN CARLOS

Porque ví que llegaste a las 13,30.

Te busqué a la mañana y me dijo Blanquita que vendrías por la tarde. ..

Y no me avisaste nada….

YO

Sabés? Yo acá no tengo horarios….

JUAN CARLOS

No me digas….

YO

Si, te digo. Es lo que arreglé cuando comencé a trabajar.

¿No te avisó Morgante?

JUAN CARLOS

Si, pero pensé que era un situación esporádica, no de todos los días….

Ejem… ¿Y porqué no cumplís horario como los demás?

¿Qué problema tenés?

YO

Ninguno. Se pactó así.

JUAN CARLOS

Ajá…. Decime ¿vos sos casada?

YO

Si.

JUAN CARLOS

Y tenés chicos? Porque al perro ya lo vi….

YO

(Fastidiada)

Si…. Y vos?

JUAN CARLOS

Tengo mujer e hijos desde hace 15 años….

Soy católico practicante…. ¿Vos vas a misa?

YO

No.

JUAN CARLOS

Mal hecho….

YO

Hablamos de trabajo?

JUAN CARLOS

Si… ¿Qué novedades tenés?

YO

Mañana me reúno con mi cliente más importante…..

El constructor Daniel Marcos.

JUAN CARLOS

(Mirando su agenda)

Mañana… mañana… yo puedo a las 11 de la mañana…

YO

Ya lo arreglé para las 15.

JUAN CARLOS

(Mirando nuevamente su agenda)

Ay… a esa hora me resulta imposible.

YO

Bueno.

JUAN CARLOS

Llamalo y decile a las 11.

YO

No, ya está arreglado para las 15. Yo a las 11 no puedo.

JUAN CARLOS

Y yo a las 15 tampoco… entonces….

YO

Entonces no vengas. Yo lo puedo resolver sola.

JUAN CARLOS

Rotundamente no. Estos temas son de mi incumbencia.

Es el cliente que más rendimiento le está dejando a la inmobiliaria…

YO

(Levantándome)

Bueno, hacé como quieras….

JUAN CARLOS

Vas a cambiar el horario?

YO

No.

Me fui de ahí contrariada. Menos mal que tenía que hacer 4 tasaciones y eso me sirvió de excusa para salir del clima enrarecido que se había generado con Juan Carlos.

Cuando regresé a las 18, me quedé en la puerta esperando a los chicos y con ellos subí al departamento.

YO

¿Cómo anda todo?

FABIO

Está re bueno lo del micro….

DALILA

A mi también me encanta…..

FABIO

Má!… si querés quedarte trabajando en la inmobiliaria …

Andá que nosotros nos podemos preparar

la leche con el microondas.

YO

¿Aprendieron?

DALILA

Si, es re fácil.

YO

Y les gusta quedarse solitos?

DALILA

Si!!!!…

Una buena por ese día. Los dejé tranquila, no sin avisarle a Elvira que estuviera atenta. Eso me permitió regresar al trabajo sin culposos conflictos familiares.

YO

Blanqui… ¿está Juan Carlos?

BLANQUITA

No, se fue y no vuelve.

YO

Fantástico. Me pongo a trabajar.

Las dos horas que le dediqué a los llamados sin interrupciones me rindieron enormemente.

A las 20 me fui a buscar a los chicos y el perro para volvernos a la casa.

Mientras manejaba por el camino, pensaba en Juan Carlos. Con él tenía una cuestión de piel. Y de alergias. Sentía que todo lo que hacía o decía me causaba urticaria. Para mi gusto, la base del liderazgo es una cuota de respeto y otra de admiración. Y él no me generaba ni lo uno ni lo otro. Distinto a Piña, con todas nuestras diferencias, jamás dejé de valorar su estilo sobrio y eficaz para manejar la inmobiliaria. Esa manera de resolver las cuestiones comerciales se me había impregnado totalmente en mis formas con los clientes. Y era una de las patas de mis buenos resultados. Interiormente, me negaba a aceptar el cambio de condiciones por muchas utilidades que fueran a dejar. Hay que tener cara para estar frente a un cliente y venderle un servicio sabiendo que en el fondo uno no lo está cuidando. Y la tarea inmobiliaria es eso precisamente, que las personas depositen en sus agentes la confianza sobre todo su patrimonio y sus negocios a sabiendas de que se lo vamos a defender. Para mí las comisiones altas que se pagan se justifican solamente por eso… O… ¿Cuánto vale que alguien se ocupe de custodiar nuestros bienes?… Mucho… Por definición es el importe que se cobra por honorarios. Pero en un mercado inmobiliario plagado de chantas y mentirosos, los honestos reciben su paga con más derecho. El Sr. Morgante tenía mucha experiencia como constructor, pero quizás en el tema del servicio inmobiliario no estaba notando las diferencias enormes entre Piña y Juan Carlos. Y las consecuencias que eso le podría acarrear.

Ahora, respecto del nuevo gerente… ¿Cómo se sienta uno a charlar con alguien para explicarle que es un sinvergüenza?… Lo reconocería?… Recordé las veces que tuve conflictos con Piña, y lo bien que los superamos a base de no quedarme callada. Aunque eran cuestiones de forma y no de fondo….

Traté de juntar ánimos para no ceder al estilo Juan Carlos. Al fin y al cabo yo ya estaba bastante bien posicionada como para no tener que volver a pagar derecho de piso….

¿O no?…..

No hay comentarios:

Publicar un comentario