martes, 16 de marzo de 2010

136 – ME QUIERO DIVORCIAR YA! – DESPEDIDAS

Un buen trabajo, un buen amor, un buen amigo… Todas cuestiones importantes, imposibles de reemplazar de un día para otro. Mientras están, nos parece normal. La cosa es cuando los perdemos. Recién ahí tomamos conciencia de la verdadera dimensión que tenían en nuestras vidas. Aunque sea demasiado tarde.

Martes. Contrariamente a lo que esperaba, ayer la reacción del Sr. Morgante ante mi renuncia, fue demasiado tibia. En el fondo suponía un sobresalto, que me rogara que no lo dejara, que tuviera más en cuenta todos mis logros que los claros embates de Juan Carlos. Por otro lado, éste manipulador respondió como si imaginaba.

SR. MORGANTE

Me estás diciendo que te vas?

YO

Exacto. Muy a mi pesar, pero no me queda más alternativa.

SR. MORGANTE

Tenés otra oferta laboral?

YO

No.

SR. MORGANTE

Y entonces?

Por una diferencia con el gerente abandonás todo?

YO

Es para evitar males mayores.

Sé con claridad que el futuro con Juan Carlos no es promisorio.

Tenemos formas diferentes,

y sobre todo fondos de pensamiento distintos.

SR. MORGANTE

Lo analizaste bien?

YO

Si.

JUAN CARLOS

Bueno, pasame todos tus listados de clientes.

SR. MORGANTE

Pará un poquito, no está todo dicho.

Milena explicame claramente por qué te vas.

YO

Porque la inmobiliaria se ha vuelto imprevisible.

Y yo no puedo vender lo que no me compro.

Hasta ahora me resultaba fácil transmitirle

confianza a los clientes. Ahora no.

SR. MORGANTE

Pero Juan Carlos no es un monstruo.

Yo vigilo que lo que decide coincida con lo que pienso.

No está mal controlar los gastos.

YO

No es así.

Él quiere mandar, no comandar un equipo de trabajo.

JUAN CARLOS

¿No será que vos sos demasiado rebelde?

YO

¿No será que vos sos demasiado hipócrita?

La conversación con Juan Carlos en el medio, había tomado un tono demasiado desbordado. Morgante lo notó y dio por concluida la reunión.

SR. MORGANTE

No es mi estilo forzar situaciones.

No lo hice con Piña, no lo voy a hacer con vos.

Lo único que te pido es que lo decidas con toda la seguridad.

YO

Estoy segura.

SR. MORGANTE

Bueno…. Siendo así….

Quedamos que te retirás el viernes? Te parece bien?

YO

Si.

SR. MORGANTE

Ponelo al tanto de todo lo tuyo a Juan Carlos.

Y el departamento…. Tenelo todo lo que necesites hasta conseguirte otro…

Milena, las comisiones que se generen por inmuebles

que vos autorizaste se te van a respetar.

JUAN CARLOS

Y el listado de clientes?

Ni bien terminamos, me fui de la inmobiliaria sin saludar a nadie. Estaba perpleja por la decisión que yo misma había tomado. No sé si conforme o desconforme, pero con la seguridad de que todo fue llevando indefectiblemente a ese punto. Serían las 16,30. Subí al auto sin saber bien a donde ir. Por un momento, desorientada, tomé el camino de vuelta a casa, pero volví por los chicos. Recordé lo del micro. Cómo maldije a es micro…. Por un instante pensé en ir de golpe a buscarlos personalmente. Lo podría haber hecho, pero me detuve intentando no cambiarles nuevamente las reglas de juego. También recordé que Choco se había quedado en el departamento. Y me fui para ese lugar a esperarlos.

Estuve toda una hora jugando con el perro y mirando un programa de televisión. Me sentía perdida. Cuando se hizo la hora de los niños, bajé a esperarlos a la vereda. Estaba en eso y pasó el Contador Gustavo Pera.

GUSTAVO PERA

¿Qué hacés?

YO

Espero a los chicos, y vos?

GUSTAVO PERA

Vine a ver a este pelotudo de Juan Carlos.

Me tiene harto. Todos los días me pide los números de la inmobiliaria.

¿Por qué no se dedicará a vender?

YO

Bueno, lo puso Morgante.

GUSTAVO PERA

Si, tenía buen curriculum. Y vos? Te entendés con él?

YO

Nada. Tanto que acabo de renunciar.

GUSTAVO PERA

Si???? Y Morgante lo sabe?

YO

Perfectamente.

GUSTAVO PERA

Pero… ¿Y qué vas a hacer? Y el divorcio?

Y el departamento que alquilaste? Y tus clientes?

YO

No sé bien. Lo tengo que pensar.

Buscaré otro trabajo, otro departamento, otros clientes.

En fin, empezaré todo de vuelta.

GUSTAVO PERA

Qué bajón!….

Esa tarde, los chicos volvieron del colegio y traté de que todo pareciera lo más normal posible. Aunque yo tenía un lazo que me apretaba la garganta. Luego de merendar nos fuimos a la casa. Cuando se acostaron a dormir, me puse a ver ofertas de trabajo en la computadora. E hice un listado para poder contactarme al otro día mismo.

Por la mañana siguiente, me sentía rara, como si estuviera de golpe sola en medio de un océano. Sola y desorientada. Hice unas citas para ese mismo día con otros posibles empleadores. 4 en total. Eso, sumado a la reunión con Marcos de las 15, hacía que todavía me sobrara bastante tiempo. Entonces lo llamé a Patricio. Él también estaba triste, en sintonía con lo mío. Quedamos en vernos a las 17.

Seguidamente hice una nota para mandar por mail a mis clientes anunciándoles mi retiro. Después de almorzar, llevé a los chicos, y me fui a ver nuevamente a mi hermano. Esta vez lo estaba acompañando mi madre.

YO

Hola… ¿Todo bien?

MI HERMANO

No tanto como vos que podés andar caminando tranquila por ahí.

MI MADRE

Y bueno, ella se cuida, hace cosas para estar bien.

No me extraña, siempre fue la más responsable.

Pobre mi madre querida. En ese instante no me sentía ni responsable, ni bien, ni tranquila. Era una especie de despojo de mi vida anterior. No obstante no les conté nada.

YO

Pero, te sentís bien?

MI HERMANO

Si, embolado, pero bien.

Estos “enfermos” me mandaron de almuerzo sopa y puré….. Ajjjj…

MI MADRE

Bueno, hijo, te va a hacer bien.

MI HERMANO

Pero me quedo con hambre… Milena ¿Me traés unas empanadas?

MI MADRE

Ni los sueñes….

Ah.. Milena, nos dijo el médico que tenemos que donar sangre.

YO

Para qué?

MI HERMANO

Entonces estoy mal…

MI MADRE

No!… lo hacen para reponer.

Seguro que no va a hacer falta para vos. Pero hay que ser solidarios.

YO

Cuándo tengo que hacerlo?

MI MADRE

Venimos todos mañana a la mañana, antes de las 10…

¿Podrás, o tenés que trabajar?

YO

Puedo.

MI MADRE

Hay que venir en ayunas.

Ah… ¿Le avisás a Vincent?

Mi hermano se veía realmente bien. Me fui de ahí tranquila por ese tema. Llevé a Choco al departamento y pasé por la oficina.

BLANQUITA

¿Por qué no venis como antes a las 13,30?

YO

Porque renuncié…. Termino de trabajar el viernes.

JORGE

Te vas??????

YO

Si.

CLAUDIA

Por qué?

YO

Por diferencias con Juan Carlos.

JUAN JOSÉ

Qué mal!….

ANÍBAL

No hubo forma de arreglar?

YO

No.

BLANQUITA

Qué lastima!…..

(Sonó el interno)

Hola …. Milena, dice Juan Carlos que lo veas.

YO

Ufff…

Fui hasta su oficina. Seguía en la chiquita, sin mudarse a la de Piña.

YO

Permiso.

JUAN CARLOS

Me trajiste el listado de clientes?

YO

Acá lo tenés. Ya están avisados de que me voy.

JUAN CARLOS

(Tomando los papeles que le di)

Están todos?

YO

Si. Bueno, me voy.

JUAN CARLOS

Te creía más inteligente.

Podríamos haber hecho un buen dúo de trabajo.

YO

Somos distintos.

JUAN CARLOS

¿Y lo único que se te ocurrió fue abandonar el barco?

YO

No es un barco.

Vos lo convertiste en una cueva de serpientes.

Así no se puede.

De ahí me fui a ver a Daniel Marcos.

DANIEL MARCOS

Todo bien?

YO

Todo mal.

DANIEL MARCOS

Por qué? Está enferma? Los chicos no están sanos?

YO

No, por suerte eso está en orden.

DANIEL MARCOS

Ah… entonces lo demás se puede arreglar.

YO

Si, es verdad …

Pasa que acabo de renunciar a la inmobiliaria Morgante.

DANIEL MARCOS

¿Qué ocurrió?

YO

Eso le quería explicar personalmente.

Cambiaron las reglas de juego porque cambió el gerente.

Por eso no salieron sus avisos el fin de semana.

Le pido que me disculpe, pero no pude hacer nada.

DANIEL MARCOS

¿Y habló con Morgante?

YO

Si, pero hay sutilezas que no se pueden describir.

Juan Carlos está jugando un juego de poderes.

No sé como expresarlo…. Muestra que se preocupa por la inmobiliaria,

pero en realidad lo que quiere es domesticar a

los que tenemos independencia de criterio…..

¿Es complicado de entender?

DANIEL MARCOS

Para nada, hay mucha gente así.

Me despedí de Marcos con la emoción de saludar a un amigo. Me hizo feliz que me comprendiera. Sentí pena por no poder atenderlo más.

De allí fui a presentarme en las 4 inmobiliarias que necesitaban personal.

Concluidas las entrevistas, me fui como vacía. En todas se notaba un estilo parecido al de Juan Carlos. Primero ellos y después el cliente. Y los empleados teniendo que hacer el papel de títeres. Estaba segura de que no podría volver a un ambiente así. Si no, me quedaría con Morgante y Juan Carlos.

Fui a ver a Patricio. Ni bien lo encontré en el departamento que me había citado, lo abracé muy fuerte. Fue una manera de descargar un poquito toda la angustia que tenía.

PATRICIO

Eh… ¿qué pasa?

YO

Tengo una noticia horrible para contarte……

Renuncié a Morgante.

Con todo lo que eso implica, estoy desesperada…..

PATRICIO

Y por qué lo hiciste?

YO

Porque cambiaron al gerente y el tipo es un inescrupuloso.

PATRICIO

Y lo hubieras desenmascarado….

YO

Imposible.

Eso lleva tiempo y mientras tanto me iba a hacer la vida imposible…

PATRICIO

Hablaste con Marcos?

YO

Si.

PATRICIO

Y no te defendió?

YO

Él no tiene nada que ver con la inmobiliaria.

Es un cliente, es de afuera…..

PATRICIO

Y qué vas a hacer?

YO

Estoy buscando otra empresa….

PATRICIO

Fijate que sean serios.

YO

Si, hoy estuve en unas … ¡Qué desastre!

PATRICIO

Por qué no volvés a las que visitaste al principio?

YO

Ummm….. No está mal….

PATRICIO

Uy!… ¿y el departamento?

YO

Me dijo Morgante que podía quedarme hasta que consiga otro.

Todo mal… muy mal…. Y vos mi amor? Está bien?

PATRICIO

La verdad que no.

YO

Por qué?

PATRCIO

Yo también tengo noticias….

Mi mujer está embarazada…..

Parecía que en los últimos días me estaban cayendo enormes piedras en la cabeza. Cada una, por lo mortífera, me iba sacudiendo más y más. Y el broche de oro era lo de Patricio. Cuando lo dijo, me corrió un escalofrío en el cuerpo. A partir de esa novedad recién tomé plena conciencia de que era casado. Hasta ese momento era como una especie de juego inofensivo porque yo no tenía demasiadas noticias de situaciones que ocurrieran en su casa. Con todo el amor del mundo, con todos los abrazos, decidí que ese sería el último día que nos veríamos. Patricio lo aceptó sin discusión. Él también sabía que todo había tomado un cariz distinto. Al despedirme, le recordé uno a uno los momentos felices que me había hecho pasar y se lo agradecí con un beso. Le juré sinceramente que no lo olvidaría jamás.

Cuando volvía a la casa con los chicos, rogué que se hiciera muy tarde rápidamente. No tenía ganas de nada. Ni computadora, ni tele, ni lavar los platos. Y en cuanto pude, me fui a acostar. Solo necesitaba pensar y pensar. Hacer el duelo de Patricio. Había sido hermoso conocerlo. Pero el juego había llegado a su fin, como mi trabajo en Morgante. Y con esto último, mis planes de divorcio e independencia, al menos por el momento. Sentía que todo junto se me hacía demasiado insoportable.

Estaban todas las luces apagadas y yo rememorando y llorando.

En eso llegó Vincent y las prendió.

VINCENT

Hola… ¿Qué te pasa?

YO

Nada…. ¿Sabes?… La novedad es que tenemos que ir mañana al

sanatorio a donar sangre. Los dos…

VINCENT

Por lo de tu hermano? Se complicó algo?

YO

No, está bien. Es por las dudas…..

VINCENT

Bueno, entonces es solo un pinchazo…

No te tenés que poner así por eso…..

No hay comentarios:

Publicar un comentario