lunes, 8 de marzo de 2010

127 – ME QUIERO DIVORCIAR YA! – GASTOS

Comprar es un placer. Sobre todo cuando lo que se adquiere tiene un destino saludable para nuestras vidas. ¿Cuánto se necesita para conseguir paz, libertad, integridad, armonía, coherencia, autenticidad, sosiego, independencia, orden, estabilidad, un poco de tregua? Yo invertiría todo lo que tengo.

Domingo. Ayer a la noche Vincent llegó muy tarde, a las 3 de la madrugada. Lo supe con exactitud porque Choco ni bien lo escuchó se levantó a ladrarle. Eso hizo que los chicos también se despertaran.

VINCENT

Camina a cucha!……

La mascota, con su instinto guardián, no dejaba de hacerle frente. En un momento dado, se armó tal revuelo en la casa que tuvimos que acercarnos todos para calmar la situación.

VINCENT

Qué perro podrido!… ¿Qué hace acá adentro?

Váyanse a acostar!….

FABIO

Vamos Choco…vení a la cama…..

VINCENT

Choco? … A la cama?… Dejalo afuera!….

DALILA

No papá!… es chiquito….

Así nos pasamos una hora de discrepancias sobre la mejor manera de adecuar el animal a nuestro hogar. Al final, Choco entendió que mi marido no era un extraño – ¿no lo era? – y se calmó. Igual, las relaciones entre ellos dos no quedaron demasiado bien.

Por la mañana se repitió algo parecido. Vincent se levantó a las 9 para ir al negocio y el can estuvo alerta con los dientitos al aire y el gruñido contenido, durante todo el tiempo que se preparaba para salir. Entre ambos se miraban con recelo.

VINCENT

¿Cuánto pagaste ese perro?

YO

Bastante.

VINCENT

Milena… yo sé que las cosas entre nosotros dos

están mejorando y no quiero arruinarlo todo…

Pero… fijate… no gastés la plata en cualquier cosa….

O primero consultame….

YO

La verdad, te voy a preguntar cuando tenga dudas…

cuando esté segura de algo no.

VINCENT

Eh… qué agresiva…

YO

Soy sincera….

¿Cómo está tu dolor de estómago?

VINCENT

Bien…. Ya se me está pasando.

YO

Deberías ir al médico

¿Cuánto hace que no te hacés un chequeo?

VINCENT

Del doctor, cuanto más lejos mejor….

YO

¿Y si tenés una úlcera?

VINCENT

Qué ulcera!… Fue algo que comí y me cayó mal….

YO

¿Acá o en el negocio?

VINCENT

En el negocio. Hice una picada para todos,

con quesos que me habían sobrado y

la verdad que no estaban muy buenos…

YO

¿No sería mercadería vencida?

VINCENT

Claro!… Pero solo eran unos días…

Por eso los comimos nosotros!….No los iba a tirar….

(Tomando un paquete que estaba arriba de la heladera)

¿Qué es esto?

YO

Alimento balanceado….

VINCENT

Eukanuba? Sale una fortuna….

YO

Si, pero es de calidad….

VINCENT

Para qué gastás?… Yo tengo uno muy bueno en el negocio….

YO

No… gracias. Después termino pagando más en veterinario.

VINCENT

Ay, por Dios, es un perro…

YO

Es una vida.

VINCENT

Bueno, todo inútil con vos, me voy….

Haceme caso, cuidá la plata… no la tires en cualquier cosa.

Ahora que tenés otra vez la tarjeta, no hagas un desastre….

Qué odio me dio ver que se incumbía con su estilo berreta en las decisiones que yo estaba tomando. Qué bronca no poder decirle -¡Andá infeliz!… ¡Metete tu plata bien en el…! …. ¡Todos estos gastos los estoy haciendo con lo mío!… –

Era una cuestión estratégica que Vincent no tuviera la menor idea de cómo rendía mi trabajo. Cuantos menos datos, mejor. Y si no se enteraba por ahora de lo del departamento alquilado, mejor también.

Cuando se fue, retornó la paz a la casa. Los chicos salieron al fondo a jugar con la mascota y yo me quedé en la computadora mirando precios por Internet. Tenía armada una lista de compras prioritarias que quería hacer para instalarme en mi nuevo refugio. Después de una hora, ya tenía bastante noción de cuánta plata podía necesitar. Saqué de mi escondite U$S 3000 que equivalían a casi $ 12.000. Con eso era suficiente para todo. Me quedaron U$S 5000 guardados. Anoté bien las direcciones y confirmé que todos los lugares estuvieran abiertos el domingo. Tenía planeado salir esa misma tarde. También me agendé solicitar cable para que los chicos se distrajeran con la tele.

FABIO

Má…. ¿Le puedo dar galletitas al perro?

YO

No!…. Ni se te ocurra….

DALILA

Pero nos mira masticar y nos pide…

YO

Ustedes lo quieren de verdad?

FABIO

Obvio.

YO

No desean que se enferme y se muera, no?

DALILA

Ay no!…

YO

Entonces, solo alimento balanceado.

La panza de Choco no está preparada

para digerir cualquier cosa.

Tuve que ser contundente y cruel para que lo entendieran. A veces, por amor terminamos dañando a nuestros animalitos. Otras veces, las mismas personas acaban arruinadas por no distinguir entre lo que les hace bien o mal. Como Vincent, que ponía por detrás del ahorro y la enfermiza manía de juntar dinero, todo lo demás.

Esa fue la mayor diferencia que tuvimos entre los dos a lo largo de la vida de casados. Al principio, yo misma lo acompañaba a trabajar los fines de semana. Me quedaba cobrando en una caja o solucionándole temas administrativos. De nada servía que le insistiera en salir a divertirnos o descansar más. Para él, estar atento al rendimiento comercial era prioritario. Siempre fue un gran convencido de que la gente que empleaba no era lo suficientemente capaz como para delegarles tareas responsables. Hasta que un día nació Dalila, y después Fabio, y resolví que quería una vida ordenada para ellos. Conclusión: nos fuimos separando físicamente cada vez más. Los primeros tiempos, el regresaba a casa a eso de las diez de la noche. Después a las once, y al final no tenía horario. Eso hizo que ambos nos acostumbráramos a no vernos. Durante diez años, los cuatro integrantes de nuestra familia crecimos de forma distante. Ni yo me enteraba de lo que REALMENTE le pasaba a mi marido en su interior, ni él se daba cuenta que sus hijos se hacían grandes y yo evolucionaba hacia mis propias ideas. Hasta llegar al momento presente. Yo a pasos de un divorcio, mientras él suponía que nuestro vínculo se percibía un poco mejor.

Traté de conectarme con el presente y dejar atrás el pasado. Domingo al mediodía nuevamente. Después que almorzamos con los niños me di cuenta que me faltaban algunas medidas y resolví que antes de comprar pasaría por el departamento otra vez. Me estaba preparando cuando llegó Vincent. Serían las 15,30:

VINCENT

Ya comí en el negocio, me voy a acostar.

YO

Yo tengo que salir. Los chicos vienen conmigo.

VINCENT

¿A dónde vas?

YO

Tengo cuestiones de la oficina que resolver.

VINCENT

Hoy domingo también?

YO

Si.

VINCENT

Llevate al perro.

FABIO

Má… ¿Nos podemos quedar con papá?

VINCENT

Vayan con su madre….

DALILA

Pero queremos estar un poco en casa…

YO

Que se queden, es verdad que salieron conmigo toda la semana….

VINCENT

Uh… bueno. Te llamo al celular cualquier cosa.

¿Lo vas a tener prendido?

YO

Si. No te preocupes que no voy a volver a las 3 de la madrugada.

En dos o tres horas estoy acá.

Fui hasta el departamento primero. Al llegar estaban Alfredo y Elvira limpiando.

YO

Ya empezaron?

ALFREDO

Si ¿Quiere que le repase un poco los marcos con esmalte sintético?

YO

Bien, hagámoslo.

ELVIRA

La cocina está sin uso, no me dio nada de trabajo acondicionarla.

YO

Claro, porque antes fue oficina. ¿Les dejo algo de dinero?

ALFREDO

No, mañana arreglamos.

YO

Bueno, me tengo que ir a comprar unos muebles.

Después veo cuándo me los pueden entregar con el flete.

ALFREDO

Y deles nuestro teléfono… nosotros siempre estamos…

y tenemos la llave. Anote…

ELVIRA

Vaya tranquila que le recibimos todo.

¿Son muchas cosas?

YO

Unas camas, una heladera, mesa y sillas, un televisor….

La verdad, no tiene precio la ayuda que me están dando.

Díganme mañana cuánto les debo.

ELVIRA

Vaya no más.

De ahí me fui a hacer las compras. Con Internet, ya tenía detectados claramente los lugares con mejores ofertas. Así que fue bastante fácil. Además, elegí productos baratos, nada de exquisiteces. En el término de dos horas había conseguido todo, incluido un teléfono inalámbrico, cortinas, sábanas, frazadas y colchones. Lámparas no, porque habían quedado instaladas las de Morgante. Ubiqué una cama triple preciosa. De afuera parecía un sofá con almohadones, pero abajo tenía otras dos escondidas. Ideales para un lugar tan chico.

A las 19, ya estaba de vuelta en casa.

VINCENT

Ah… volviste temprano.

YO

Si. ¿Todo estuvo bien?

VINCENT

Si, salvo el rompe guindas del perro….

YO

Me voy a cambiar.

VINCENT

Milena… ¿qué es eso de una oficina?

YO

(Simulando)

Qué oficina?

VINCENT

Esa que te dieron en la empresa….

La que les mostraste a los chicos ayer.

YO

Ah… es… un lugar nuevo de trabajo….

VINCENT

Tené cuidado….

YO

(Aterrada)

Por?….

VINCENT

Porque esos hijos de su madre te quieren esclavizar.

Te pagan poco y te dan un sucuho para que te pongas a

trabajar más horas… Eso lo hacemos todos….

YO

Si? Vos lo hiciste?

VINCENT

Claro, con Pepe… Lo convencí de que era el encargado

con escritorio propio por el mismo sueldo.

Lo endulcé para que trabajara más…

Bah!… tantas consideraciones y el cretino igual me hizo juicio…..

¡Tené ojo!…. Vos pediles más sueldo.

Nada de versos con cargos, ni oficinas….

YO

Si, seguro. Lo voy a tener en cuenta.

Esa noche cenamos los cuatro con la presencia contundente de Choco al lado de la mesa. Había preparado pollo al horno con ensalada y papas.

VINCENT

(Tomando un huesito)

Tomá chiquito!….

El perro saltó contento a donde estaba él.

YO

¡Ni se te ocurra!…..

VINCENT

¿Por qué? Dejalo que se entretenga….

YO

Eso le hace mal… Se puede morir…..

VINCENT

Qué exagerada!… ¿Y los perros de la calle qué?

¿No revuelven la basura? Y viven igual…

YO

No se lo das y punto!….

VINCENT

Ay querida… Sos demasiado vueltera con todo….

Cuánta calle te falta…. Cuánto más tenés que saber de la vida….

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